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Sistematización: Marcha #Niunamenos

  • Balestrini, Diego Evaristo- Cañizarez
  • 14 oct 2015
  • 13 Min. de lectura

​INTRODUCCIÓN

Asistimos a tiempos atravesados por elementos que movilizan la cotidianeidad, fenómenos que naturalizados recorren la actualidad. Pero algo empezó a surgir: el cansancio (por el silencio), el dolor (por la apatía), la verdad (detrás de los acontecimientos). ¿Cuántas veces el ser humano tuvo que llegar al límite de ciertos sucesos para aprender la lección de sus actos, de su comportamiento?

La violencia y la agresión contra los otros o contra sí mismo, ha sido moneda corriente durante todo el recorrido por su historia, desde la utilización de la violencia para el entretenimiento, como en la antigua Roma, hasta la matanza masiva por intereses políticos y/o económicos, como lo han sido las dos grandes guerras que se vivieron durante el siglo XX. Y aun hoy los actos violentos siguen apareciendo en los noticieros, en los discursos de las personas, en los recovecos del presente.

Pero actualmente las voces se hacen escuchar, especialmente hoy más que ayer contra una de las violencias más naturalizadas y establecidas, debido al sistema patriarcal que se enreda en el quehacer cotidiano de los seres humanos. Hoy, gracias a los medios de comunicación y a lo insoportable de la situación, el grito desgarrador de miles de mujeres impactan los frentes machistas con fuerza.

Hoy con la proclamación de la igualdad de género, de condiciones, de justicia “justa”, y la libertad con la que hemos nacido, las voces proclamaron “Ni una menos”, en una marcha nacional, llevada a cabo el 3 de Junio del 2015, que invitaba a todas las personas, no solo mujeres, sino también hombres, a levantarse contra la violencia de género, a tomar partido frente al silencio, al terror, el miedo, la inseguridad, el odio, la impotencia, la frustración, y demostrar que unidos podemos cambiar un sistema ya pasado de moda.

Así es como en el presente trabajo, que hace foco en la marcha “# Ni una menos”, llevada a cabo en la ciudad de Salta Capital y como parte de la Residencia de Psicólogos/as Comunitarios/as, recorreremos este movimiento desde su inicio, hasta su final, navegando por las expresiones de las personas que asistieron, el por qué de su participación, las ideas que blandían como estandarte y la importancia de la marcha para las personas implicadas, teniendo como eje principal o articulador la lectura de la realidad salteña.


CONTEXTUALIZACIÓN

En estos últimos años, la problemática de violencia contra las mujeres y femicidios se viene haciendo presente con índices crecientes a nivel mundial; Según Fabiana Tuñez, directora ejecutiva de la 'Casa del Encuentro'[1], Argentina ocupa el quinto puesto en el ranking de femicidios en América Latina y en el último año (2014) se registraron 277 casos.

En lo que va del 2015, los reclamos de justicia de lxs familiares y víctimas de violencia de género y sobre todo tras los últimos femicidios (Chiara Páez y de Gabriela Parra), este 3 de junio se convocó, mediante diferentes medios de comunicación y redes sociales, a una marcha a nivel nacional con el lema “Ni una menos”.

Las repercusiones de la marcha dieron cuenta de una importante participación en muchas de las provincias del país y algunos países como Uruguay, Chile y México también marcharon repudiando el femicidio.

Con lo que respecta a la provincia de Salta, en lo que va del año, se registraron 7 casos de femicidio y la violencia de género es una de las problemáticas sociales de mayor prevalencia en la provincia.

La marcha tuvo como escenario la Plaza 9 de Julio, a la que asistieron aproximadamente 8000 personas, entre ellas, población sensibilizada por la temática, organizaciones e instituciones de orden público y privado, partidos políticos, entre otros.[2]


[1] Asociación civil La Casa del Encuentro, Espacio Feminista Social y Cultural, fundada el 4 de octubre del año 2003 con el fin de diseñar un proyecto feminista por los derechos humanos de todas las mujeres, niñas, niños y adolescentes.


[2] Secretaría de Desarrollo Social, Instituciones del Estado, La mujer y el cine, Fundación buenos hábitos, Mamá teta, Avon para mujeres, Consejo nacional de mujeres, Desarrollo social, Ellas hacen, Inta, Cruz roja, UNAS, Federación Universitaria, Familias de víctimas, Red Comunitaria de Zona Norte, Grupos evangelistas, Iglesias católicas, Grupos de whats app, Grupo de varones antipatriarcales, La cámpora, CCC, Partido obrero, Pan y rosas, Nuevo encuentro, Patria grande, Mumala, Miles, Colectiva, Cuerpos con vos, Grupos de teatro, Adherencia de colegios de abogados, Programa de protección a víctimas de violencia familiar, Estudiantes de comunicación, Frente de mujeres contra la violencia de género, Gente de Guachipas, de San Antonio de los Cobres, Organizaciones de la zona Oeste, APSADES, ATE, Grupos de amigos, vecinos, parejas, estudiantes, Residencia de psi comunitaria y medicina familiar, Dirección de Primer Nivel de Atención, Murga, Niños, Diplomatura SEDRONAR, Candombe, Biblioteca popular de Vaqueros, Grupo Benson, OSIM, Fundación género y conciencia, Derechos humanos, UPTP, CTA, Prensa, Aludis, Colegio de psicólogos, Salteños hasta la médula, policías.

GÉNERO Y VIOLENCIA

El concepto de género esta socio-históricamente construído, establece relaciones de poder y asigna roles que son internalizados y aprendidos desde el nacimiento y que configuran las prácticas y conductas de nuestro quehacer cotidiano. Estas definiciones de “género” modelan los cuerpos, los imaginarios, las creencias y establecen las diferencias desigualadas entre lo masculino y lo femenino, en las que está instituído que la mujer debe ser: “…débil, pasiva, dulce, tierna, protegida, de la casa, mantenida, femenina y madre” y el hombre “fuerte, activo, capaz, agresivo, protector, de la calle, proveedor, propietario, viril” (Sarduy Sanchez, C y Alfonso, A, S/F: p.26)

En la actualidad estas posiciones están tensionadas con nuevas formas de habitar los géneros y que se produce una rivalidad por ocupar espacios que antes estaban determinados para unas y otros.

En palabras de Ana María Fernández: “un vínculo violento entre dos personas suele presuponer un ejercicio de poder, de dominación, de un sujeto que se cree superior y que, básicamente, se atribuye mas derechos, sobre alguien que considera no merecedor de esos mismos derechos” (2015, Mayo 28)

LA MARCHA COMO PARTICIPACIÓN

Teniendo en cuenta el concepto de participación que propone Maritza Montero (2004) como un proceso organizado, colectivo, libre, incluyente, en el cual hay una variedad de actores, de actividades y de grados de compromiso, que está orientado por valores y objetivos compartidos, en cuya consecución se producen transformaciones comunitarias e individuales. Junto a las entrevistas, observaciones, registros fotográficos inferimos la realización de la marcha y su concurrencia como un ejercicio de participación. Esta pone en escena a múltiples actores, redes, organizaciones con formas de expresión e interés en común. Si bien a través de las entrevistas observamos tensiones en los discursos que visibilizan posiciones distintas frente a una misma problemática hay que destacar que la participación en la marcha rompe el anonimato y permite una interacción social. – “Y hoy estamos apoyando a basta de violencia de género y muerte por femicidio, y bueno nos reunimos diferentes organizaciones y partidos políticos a pedir al gobernador que se haga cargo de esta situación que es una situación muy concreta acá en zona norte de capital en salta, tenemos muchos casos de violencia y de femicidio, entonces lo que queremos con esta marcha a nivel nacional es que el mismo estado se haga cargo con el presupuesto… que sean presupuestos participativos para la mujer, nosotros no tenemos hoy por hoy acá en salta por lo menos en la comisaria de la mujer por ejemplo, donde las mujeres sean admitidas, donde sean legalmente”; -“ Para sumarme a esta lucha de las mujeres, para erradicar la violencia, porque nos están matando a todas no? porque con cada una que se muere se va un pedazo de nosotras asi que ojala que todas nos unamos y no haya sectorizaciones” (Comunicación personal, junio 3, 2015).

Por otra parte se considera a este acto de movilización como una forma de “democracia participativa”, teniendo en cuenta los aportes de Maritza Montero (2003) que plantea a este tipo de democracia como superadora de la “representativa”. En donde no solo se utilizan las vías convencionales (por ejemplo al voto) si no también otros modos de acción política de carácter alternativo (marchas, paros etc). “La democracia participativa es propuesta (…) como un rescate de la voz popular, que expresa y hace pública la conciencia, la opinión, y busca la ejecución de la voluntad de grupos que se consideran no representados “. (2003:p.153- 154). -:”Para ser más gente y para que nos vean y nos escuchen, y yo porque soy mujer y no me gustaría que me pase y entonces más que nada para apoyar a las mujeres y eso, para que nos escuchen de una vez por todas.” (Comunicación personal, junio 3, 2015)

Realizando un recorrido histórico de las marchas de la ciudad de salta capital, teniendo en cuenta las entrevistas e historias relatadas, inferimos que los modos de reclamo han estado asociados a convocatorias incipientes. En contraposición las movilizaciones masivas estuvieron relacionadas con asuntos de índole religiosa (por ejemplo la festividad del milagro, la virgen del cerro). Es por esto que esta marcha “Ni una menos” toma tal envergadura y transcendencia. Esto se puede visualizar en las entrevistas: “Y es muy emocionante, me gusta ver esto, esto es todo, me parece q esta es la visibilización mas grande q tenemos desde la provincia de salta, que yo que he marchado mucho y no he visto tanta convocatoria, me parece que las personas se están concientizando (….)” (Comunicación personal, junio 3, 2015)


“#NI UNA MENOS” COMO EXPRESIÓN DE UN ACTO LIMITE

Existen situaciones que lindan la paciencia, fenómenos que con ser reclamados una sola vez, por un solo ser, no son ni vistos, ni escuchados, ni tenidos en cuenta, ni molestos para el orden que mantiene el poder, pero cuando son varios los espíritus que denuncian un acontecimiento, nos encontramos ante un movimiento que busca trascender la simple monotonía, y el hastío de lo cotidiano, cuando este genera malestar por su insostenible e insoportable permanencia e interpela e interroga a la sociedad.

El sujeto está atravesado por elementos que desbordan y movilizan, situaciones que llevan a organizarse como colectivo y a actuar para transformar y transformarse en un movimiento que roza el grito en búsqueda de un cambio. Son actos limites, es decir: “Aquellos que se dirigen a la superación de lo socialmente otorgado, en lugar de aceptarlo dócil y pasivamente, permitiendo así la superación de las situaciones límites, sobre las cuales se tiene que actuar y producir las transformaciones necesarias.” (Montero, M. 2004: p. 285), son actos provocados por condiciones en las que la palabra hablada o escrita ya no surte efecto, en última instancia, cuando ya no se puede soportar más. (Montero, 2004)

Así fue que el 3 de Junio del presente año (2015) en Salta Capital como también, según como los noticieros y artículos lo demostraron, en diferentes regiones del país, las mujeres, y también los varones, marchaban blandiendo un lema común: “Ni una menos”, un movimiento que buscaba hacer visible, de manera crítica, un tipo de violencia muy naturalizada en estos tiempos: la violencia de género y más específicamente, los abundantes femicidios en un mundo donde el machismo y el sistema patriarcal aun dominan.

Diversas maneras de hacerse ver se manifestaron en la marcha: carteles, pancartas, cuerpos pintados, voces enojadas, partidos políticos buscando una oportunidad de hacerse lugar, pero lo más importante, fue que la convocatoria conto con la asistencia de muchas organizaciones, y de miles de mujeres y hombres unidos por un objetivo común. Eso es lo que hace un acto límite: hace que los sujetos se conviertan en actores de su realidad, detentores de la esperanza de que el cambio es posible: “La consideración de que los participantes son actores sociales, constructores de realidad, por lo tanto, con capacidad de decisión, de acción y de transformación de su vida cotidiana y de su entorno.” (Montero, 2004: p. 155)

PARTICIPACIÓN DESDE LA RESIDENCIA DE PSICOLOGÍA COMUNITARIA

A partir de la llegada de las convocatorias a través de diferentes medios para la marcha del 3 de Junio con el lema #Ni una menos, en la Residencia de Psicología Comunitaria se planteó la posibilidad de participar como representantes de una institución de salud.

Para establecer algunas pautas sobre nuestra participación surgieron interrogantes ¿Por qué? ¿Qué decir? ¿Cómo? en las cuales basarnos o fundamentar nuestra asistencia. De esta manera quedó validada nuestra intención de asistir no solo como mujeres y hombres, habitantes de esta provincia, e implicadxs en la temática sino también como profesionales que transitamos distintos espacios en los que se promueve la salud integral, no solo como ausencia de enfermedad, sino también como expresión de mejoras de calidad de vida en todas sus expresiones, en este caso, la equidad de género en cuanto a derechos y las políticas a cerca de la protección a las víctimas de violencia de género.

La modalidad en el Primer Nivel de Atención, en donde desempeñamos nuestra labor, sigue dos pilares fundamentales (Ulivarri, 2013) por un lado la estrategia de APS, que concibe a la salud como derecho humano fundamental y que sigue unos lineamientos esenciales como la interdisciplina, el compromiso, el respeto a la cultura, entre otros; y por otro la Psicología Comunitaria Latinoamericana que tiene como objetivo la transformación social teniendo en cuenta siempre las necesidades de la comunidad. En este caso nuestra participación en la marcha está atravesada por una demanda social y remite a nuestro compromiso y convicción sobre el trabajo en la promoción y prevención y la dimensión política en la cual nuestro hacer y decir está involucrado.

Como respuesta a los interrogantes se decidió que nuestra participación se realice con ambo, con el logo de la Residencia de Psicología Comunitaria en ellos, porque nos vemos involucradxs con la temática desde lo personal y profesional y con el mensaje de que visibilizamos al tema como problemática y que ante ello no somos indiferentes. También se pensó una intervención que consistió en el armado de carteles con frases relativas a la temática, otros con frases para completar y otros en blanco que pretendía la participación de las personas asistentes para que intervengan en ellos.

La vivencia experimentada como grupo y como parte de una institución de salud permitió que expresemos un mensaje de unidad de criterio con respecto al punto de basta a los femicidios tan visibilizados en los últimos tiempos y a la vez una posibilidad de reunión y de comunión entre residentes que hasta posibilitó marchar cantando todos al mismo tiempo una canción:

“¿Qué paso con la mujer que te planchaba?

Se cansó de que la tengas controlada,

Me cansé de tu estúpido machismo,

No queremos nunca más un femicidio,

Mujeres libres, unidas y adelante,

De nuevo nunca más un femicidio,

Las mujeres salimos a las calles,

Todas juntas derribamos al machismo”

INSISTENCIAS EN LAS ENTREVISTAS, ALGUNAS LECTURAS POSIBLES

  • En relación a la política se pueden evidenciar por lo menos dos sentidos en los que aparecía en los dichos de las personas entrevistadas : Por un lado se evidenciaba la falta de políticas públicas para tratar la problemática de violencia de género y los presupuestos a las/los trabajadores “(…)nos reunimos diferentes organizaciones y partidos políticos a pedir al gobernador que se haga cargo de esta situación (…)queremos que el mismo Estado se haga cargo con el presupuesto…”; “Si, es importante (la marcha) para ponerla en agenda pública” (Comunicación personal, junio 3, 2015), y esta idea tensionaba con el rechazo de muchxs de los que participaron en la marcha que denunciaban a los partidos políticos por alzar sus banderas “Estamos enojadas que vengan a invadir este Partido Obrero, porque no tiene que convertirse en cuestiones políticas, donde se habla de cosas políticas, no es un acto político, nos invaden”; “Necesitamos ayuda desde las acciones, no desde lo político. Faltándonos el respeto, invadiendo un espacio que es sin bandera”; “Vinimos por la marcha pero nos dimos cuenta que estaba politizada por el Partido Obrero, no queremos que tenga ninguna idea política, queremos que sea el día de la mujer, nuestro únicamente.” (Comunicación personal, junio 3, 2015)

  • Implicación discursiva en los distintos géneros: En relación a los modos de presentación de sus ideas y convicciones, fueron más la mujeres las que se implicaban en sus dichos, hablando desde primera persona “Es una necesidad de hacer ver que nos están matando, que acá en salta a las mujeres nos están matando”; “somos muchas a las que nos interesa, no solo 5 (…)” (Comunicación personal, junio 3, 2015), en cambio los varones entrevistados en su mayoría no se incluían en sus dichos, aparecían frases como “El hombre está más violento, maltrata más a las mujeres”. (Comunicación personal, junio 3, 2015)

  • Impresiones sobre la convocatoria “# Ni Una Menos”: Ante las preguntas sobre qué tipo de importancia le daban a la marcha, aparecieron frases como: “es importante, para ponerla en la agenda pública”; “(es importante) porque es una energía, porque hace crecer a la sociedad, porque en algún lado se ve que las mujeres gritan algo”; “para poder expresarse”; “creo que es reivindicativa de derechos (…)”; “hay que hacerlo porque ya no hay leyes que te protejan (…)”; “es muy emocionante, me gusta ver esto, esto es todo, me parece que esta es la visibilización más grande que tenemos desde la provincia de Salta (…)”; “me parece que es importante porque somos miles de personas, se nos visibiliza y nos demuestra que somos muchas a las que nos interesa (…)”; “si (es importante), porque sienta un precedente, ayuda a generar conciencia de género, entendida esta como aprender a convivir con la diversidad”. (Comunicación personal, junio 3, 2015)

NO SOLO CON PALABRAS…

  • El arte como modo de expresión: En la marcha se pudieron ver muchos grupos que con sus cuerpos, sus voces y bailes expresaban diferentes mensajes que iban desde una crítica al modelo judicial, representada por grupos de teatro que realizaron una intervención en la marcha, hasta la alegría y el baile que proponían desde la murga “Rompiendo esquemas”. También se hicieron presentes algunos grupos de mujeres como “Mamá Teta” que mediante su maquillaje representaba a las mujeres asesinadas “los muertos se reviven para marchar, estamos representando a las que ya no están, es la lucha porque lamentablemente murieron” (Comunicación personal, junio 3, 2015) comentó una de las participantes; como ellas otras mujeres se maquillaban golpes y heridas simbolizando con sus cuerpos las marcas del maltrato.

En la plaza también se vieron intervenciones como el grupo de mariposas que contenían los nombres de las mujeres víctimas de femicidio, colgadas de los árboles, y tendederos con imágenes y frases alusivas. En toda esta diversidad de expresiones también circulaban, casi en silencio, familiares de víctimas de femicidio. Todo a la vez, la alegría, los bombos, las canciones, los silencios que aturdían y algunos cuerpos que representaban gráficamente la muerte y violencia que padecen las mujeres. Todxs de forma diferente, todxs con intensidades y velocidades diferentes pero todxs repudiando la violencia de género y los femicidios.



REFLEXIONES

Luego de haber transitado la experiencia de la marcha, que nos atravesó tanto a nivel personal como profesional, pudimos problematizar no solo la temática de violencia en sí misma, sino también los modos de participación, las motivaciones, las propuestas y las ideas de cambio que surgen en momentos de crisis o de situaciones límites.

Es en este punto donde nos preguntamos qué implicancias tendrá esta manifestación a nivel de políticas públicas, a nivel de representaciones, de desnaturalización de discursos y prácticas, en una sociedad como en la que vivimos, señalada como machista y conservadora.

Luego de analizar los dichos que se expresaron en la marcha y la participación tan visible y masiva, podemos vislumbrar que la sociedad no puede ser catalogada simplemente como “machista”, ya que lxs allí presentes marcaban una diferencia, daban cuenta de una complejidad, están en tensión imaginarios que aún hoy sostienen prácticas conservadoras y machistas y otros imaginarios que resisten, que fugan por grietas y caminos que se construyen, que no pueden capturarse por la “cultura machista”.



Bibliografía

  • Sarduy Sanchez, C y Alfonso, A, (S/F) “Pretextos para una reflexión. Género, sexualidad y Salud”. En Oficina de trabajo Género y Salud Colectiva.

  • Fernandez, A.M. (2015, Mayo 28) “Femicidios Intimos”. Extraído de http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-273633-2015-05-28.html

  • Montero, M. (2003). Cap. 5: La comunidad como ámbito de ciudadanía: carácter político del trabajo psicosocial comunitario. En Teoría y Práctica de la Psicología Comunitaria: la tensión entre comunidad y sociedad. (pp. 143-172). Buenos. Aires: Paidós.

  • Montero, M. (2004). “Introducción a la Psicología Comunitaria”. Buenos Aires: Paidos

  • Ulivarri, P (2013). “Reflexiones acerca de la reflexión en el ámbito comunitario”. En Con los pies en la tierra. Herramientas para el trabajo comunitario en salud, Comp. Ulivarri, P, Herrando, A y Giménez, S. Salta: Hanne

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