“DE LA INCERTIDUMBRE A LA SORPRESA DEL ENCUENTRO”: Proceso de intervención con niñxs y adolescentes
- Psic. Emilia Figueroa
- 7 mar 2016
- 10 Min. de lectura
El presente artículo fue construido en torno a un proceso de trabajo llevado a cabo en la zona norte de la capital salteña, luego de construir la Lectura de la Realidad Comunitaria (LRC) en el Área de Responsabilidad del Centro de Salud N°11 de Ciudad del Milagro. El mismo dará cuenta de algunas prácticas, preguntas y reflexiones de este recorrido, como Psicóloga Comunitaria.

¿Por qué elijo escribir sobre esta intervención? A través de este escrito espero poder mostrar y compartir lo que significó para mí este recorrido. Los significantes que resuenan en relación a estas experiencias: sorpresa, alegría, cercanía, pero también desconcierto, desencuentros y dudas. Como parte del proceso de aprendizaje, a partir del trabajo con mis compañeras y co – visoras en los distintos espacios de la Residencia, el siguiente escrito intentará trasmitir la integración del pensar, sentir y hacer de cada experiencia, lo cual es una apuesta y un desafío a la vez; para enriquecer mi práctica y su análisis.
Para contextualizar esta práctica, se tendrá en cuenta líneas de análisis anteriormente desarrolladas en la LRC a partir de lo trabajado junto a algunos vecinos. Las mismas tienen que ver con la falta de espacios verdes y plazas como posibilitadoras de actividades recreativas para los niñxs y adolescentes del barrio. Son sentidos que circulan, que considero importante conocer, retomar, para desde ahí trabajar en abrir interrogantes al respecto. Me interesa destacar que estos dichos también permiten entrever el significado que se le otorga al juego y la recreación, asociados a la salud de los niñxs y como posibilitador de su desarrollo y crecimiento. De esta manera, en aquel momento, queda planteado este sentido otorgado por adultos y jóvenes, como un recurso con el cual se podría trabajar y echar a andar para seguir potenciándolo en la realidad cotidiana en el barrio.
Movimiento, las cosas tienen movimiento…
Como parte del proceso de aprendizaje, fue necesario mirarme, animarme a sentir, reconocer mis sensaciones relacionadas a las prácticas, re-conocerme. Encontré en las Co- visiones el espacio propicio para hacerlo, un espacio en el que me sentí cuidada, apoyada, respaldada. De los primeros tiempos de esta nueva etapa, retomo algunos registros acerca de la sensación de incertidumbre, sentirme perdida. ¿Cómo seguir? Desarmar los sentidos en relación a mi trabajo como Psicóloga Comunitaria, a mi pertenencia a una institución, a mi rol; permitió intuir que el desafío en ese momento era poner el cuerpo, estar disponible, soportar la incertidumbre. Entendiendo que de esa manera seguía apostando a que algo sucediera y que eso también significaba intervenir.
En este sentido, en agosto del año pasado, como parte de un proceso de pensar mi inserción y continuidad en las reuniones de la Red Comunitaria de Zona Norte (RCZN) y como parte del equipo del Centro de Salud N°11, decido plantear en una reunión, la importancia de abrir las actividades que fueran organizadas desde la Red, no sólo a las instituciones parte de la misma; sino a lugares donde la presencia institucional no es fuerte. Lo que me interesa destacar es el sentido de apostar a un posicionamiento distinto y que las posibilidades de cambio de lo que venía siendo, requerían de mi aporte.
De esta manera, acuerdo con un Bombero Voluntario de Castañares (miembro de la Red), armar una charla sobre los “Cuidados en relación al Monóxido de Carbono”, proponiendo buscar la posibilidad que fuera en la casa de algún vecino del Barrio 15 de Septiembre; uno de los cuales presenta menor presencia institucional y de infraestructura de inversión pública. A partir de ese momento, motivada para la concreción de tal actividad contacté a quienes ya conocía en la zona y que creía que me podían ayudar. Este momento de planificación requirió tener presente los posibles efectos en la configuración barrial de mi presencia como de tal actividad acordada, entendiendo también que había mucho que no podría predecirse y que sólo sería posible evaluar luego de la misma.
Ya teniendo el lugar, día y horario de la charla armada con el bombero, era momento de socializar la información e invitar a la gente a asistir. En uno de los recorridos por el Barrio con tal fin, se acerca a mí una señora “C”, preguntando:
“¿Ud. es la psicóloga de los chicos de fútbol? Necesito hablar con Ud.”
Después de arreglar una reunión con ella y aprovechando la ocasión para invitarla a la charla, continué pegando carteles en el barrio.
El día de la charla, ya teniendo todo listo, esperamos a que la gente llegara, pero no sucedió. Si bien era una de las posibilidades, lo que puede ser leído como un fracaso, también significó un aprendizaje. Resultaba valioso leer lo que había acontecido, los dueños de casa y “C” (que sí aceptó mi invitación) me dieron algunas pistas:
“La gente está preparando para sahumar la casa, deben estar ocupados en eso”, “Pasa que a esta hora la gente trabaja”; “A las reuniones del Centro Vecinal tampoco va nadie”.
Esta experiencia, luego de un proceso de análisis, fue significado como punto de partida para seguir trabajando y reflexionando, era momento de repensar las intervenciones. Bozzolo (2006) me permite profundizar en aquello que en un momento fue vivido como una dificultad: “Siempre es bueno transformar el obstáculo en ocasión” (p.128).
“Se van inventando diversas herramientas y distintos procedimientos; cada uno es operativo, cada uno desplaza el problema (…) Sin embargo, a su turno se agotan (…) se trataba de gente sensible al devenir inútil de su propio trabajo (…) que la herramienta devenga obstáculo significa que por más ciertos que estemos teóricamente, lo real no se deja subordinar a nuestra voluntad y entonces las herramientas se agotan. (p.129)
Recuperando saberes…
La metodología de trabajo, la posibilidad de pensarse como sujeto-objeto de la transformación, también implica una toma de posición, en tanto produce una reflexión permanente acerca de lo que se hace, se produce y sus consecuencias. Implica valorizar al otro (…) como sujeto poseedor de saberes que nos interesa conocer (p. 157- Chardon 2000).
A partir de ese día tuve varios encuentros con esta vecina, en su casa y en su trabajo; con la intención de conocerla y entender cuál era su necesidad de hablarme. Ella planteaba un tema puntual: “Los chicos de aquí necesitan hacer algo, acá en el barrio sólo tenían lo de fútbol, pero Jorge ya no puede y eso les hacía bien”. Sin embargo, antes de dar una respuesta al respecto, decido tomarme el tiempo de conocer más sobre “C”, acerca de lo que ella consideraba una necesidad de los niñxs y adolescentes; porqué era importante para ella, qué cosas ya venían haciendo al respecto, qué pensaba ella que se podía hacer, con quiénes sería, etc. La charla que no fue, me marcó otro camino posible, partir de lo que era una necesidad sentida por esta vecina.
Estos encuentros me permitieron saber sobre la historia de lucha de esta mujer, que compartió conmigo la historia de su familia, las situaciones difíciles que tuvo que pasar desde pequeña; las carencias de tipo económico y afectivo que padeció en su momento y cómo en la actualidad sigue haciendo frente a las dificultades, aunque todavía haya muchas faltas. Fue fundamental para mí, para lo que vino después, conocer estos aspectos; de los cuales destaco su insistencia en seguir creyendo que es posible estar mejor y en basar sus acciones en esa idea. Al respecto, acuerdo con Leale (s/f) cuando afirma:
“Aprendimos la importancia de sostener un lugar de interrogación, que es un lugar de respeto ya que significa reconocerle a los otros en los hechos, que son ellos quienes tienen que aportar sus saberes acerca de lo que sucede en su territorio” (p 3).
En relación a los niñxs y adolescentes, comparte algunas experiencias junto a ellos y sobre cómo ella percibe a los mismos; por ejemplo que en general van mucho a su casa, no sólo por tener un hijo de 11 años y otro de 6 años; sino contándome que muchos la buscan también a ella, le piden consejos, le cuentan lo que les pasa:
“Vienen a mi casa, charlan conmigo, algunos me cuentan sus cosas y yo les digo lo que puedo, también juegan afuerita”.
Otro de los aspectos que marca es su preocupación por la situación de algunos chicos:
“Hay muchos que están solos, los padres no les dan bolilla, no les importa parece”. “A mí me gustaría que puedan hacer algo que les guste, que les haga bien y ahora ya no tienen ni fútbol porque Jorge ya no puede; para los chicos eso fue difícil”. “Yo pienso que los chicos tienen que hacer cosas que les hagan bien y acá en el barrio no hay, vos viste, no tienen donde ir”.
Indagando también acerca de cosas que ya se venían haciendo con los chicos, me comenta de una experiencia del año pasado en la que ella les ayuda a salir en el corso. Considero que este tipo de experiencias de organización, así como el simple hecho de que los chicos vayan a su casa, la ponen en un lugar de referente para los mismos, demostrando cuán importante es para ellos; y el valor que puede tener la función de un adulto para acompañar el crecimiento y el día a día en el barrio.
Las experiencias que comparte conmigo “C”, revelan la posibilidad y las ganas de trabajar junto a ella, teniendo en cuenta la importancia de lo que ella ya viene haciendo con lxs chicxs; pero también tomando el pedido de ayuda, de reconocer que hay cosas que desconoce, para pensar qué podría aportar como Psicóloga Comunitaria en este contexto y situación particular. Fueron interrogantes que empezaron a abrirse y que fueron puestos en común con compañeras de Residencia y también con una compañera del Centro de Salud, Agente Sanitario.
A partir de reuniones de discusión con la Agente Sanitario, en las cuales pudimos intercambiar reflexiones al respecto de un posible trabajo; las implicancias, las cosas que tendríamos que tener en cuenta, ofreció sumarse, expresando sus ganas de que trabajemos juntas. Aunque fue destacable su motivación desde el principio, también su decisión se sustenta en la importancia asignada a construir prácticas que superen y no se estanquen en el asistencialismo. Lo cual es un punto en común a partir del que empezamos a construir como trabajadoras de la salud.
El encuentro con estas dos mujeres, dos adultas y el reconocimiento del valor de lo que pueden aportar con distintas miradas, con distintas trayectorias, con distintos saberes nos permitió comenzar a construir un camino en el que estas diferencias potenciaban la tarea.
Acción – Reflexión- Acción
Considero necesario puntualizar porqué decidimos apostar al trabajo conjunto. Teniendo en cuenta lo recuperado al principio; nuestro objetivo es acompañar generando un espacio de seguridad psicológica, concepto tomado de Ulloa (1995) que apunta a la no cristalización de roles fijos y que posibilita pensar a todos los actores intervinientes (niñxs, adolescentes, “C” como adulta referente) como sujetos con potencialidades y recursos para trabajar en su barrio. Para esto vemos la importancia de tener en cuenta la coyuntura del barrio y sus actores sociales, con necesidades y recursos particulares.

La estrategia elegida teniendo en cuenta el objetivo y lo trabajado hasta el momento, son los espacios recreativos, una herramienta que puede pensarse y construirse situada en un contexto y con actores particulares. Para pensarlos se parte de lo aportado por Kantor (2005), que plantea la noción de niñxs y adolescentes como legítimos sujetos de derecho como punto de partida y posición irreductible.
Esta concepción supone una mirada y unas prácticas orientadas a la afirmación de los derechos vinculados con las condiciones básicas de existencia: la identidad, la educación, la salud, entre otros, así como el derecho a tener opciones y posibilidades reales de elegir, de progresar, de imaginar futuros posibles, de protagonizar la propia vida. (p. 5).
La idea de derechos con la cual se trabajará en estos espacios recreativos discute los etiquetamientos, las estigmatizaciones y las “existencias destino” y remite necesariamente a la noción de construcción de ciudadanía. El eje en la ciudadanía aparta al individuo de un rol pasivo, asimétrico, de receptor de ayuda en virtud de la compasión pública o privada. Considero que estos aspectos deben ser tenidos en cuenta y analizados en los intercambios que sucedan entre niñxs, adultxs y agentes de salud.
Se parte de reconocer que el sujeto construye subjetividad en una relación continua con los otros, enfrentado a limitaciones que condicionan su dinámica, pero a la vez con posibilidad de apertura a nuevas lecturas, interpretaciones y prácticas de emancipación de dichas condiciones. Es decir, que hay una realidad compleja que impacta de manera singular en la construcción de los sujetos, se inscribe en el mismo, pero que esta misma realidad es producida por los sujetos y sus relaciones; lo que permite pensar en su movimiento y transformación.
Es en este punto donde podría ubicarse la construcción de espacios recreativos con niñxs y adolescentes, ya que permiten pensar aperturas, movimientos, cambios, no sólo en como ellos producen y son producidos como sujetos en este contexto; sino que también habilita pensar:
Que se trabaje estos ER en el barrio, en su contexto diario: ¿Qué efectos tiene en la configuración barrial? ¿Cómo impacta en los vecinos, en sus relaciones, en las representaciones que tienen de los niñxs y adolescentes?
La participación de distintos actores que puedan ser involucrados (adultos, jóvenes, agentes de salud) en dicho proyecto. ¿Qué implicancia puede tener incluir esta diversidad de actores?
Esta forma de pensar la recreación, coincide con lo planteado por Waichman, P. (2008), cuando define la Recreación Educativa como:
“Es el tipo de influencia intencional y con algún grado de sistematización que, partiendo de actividades voluntarias, grupales y coordinadas exteriormente, establecidas en estructuras específicas, a través de metodologías lúdicas y placenteras, pretende colaborar en la transformación del tiempo disponible o libre de obligaciones de los participantes en praxis de la libertad en el tiempo, generando protagonismo y autonomía”
Sumado a los fundamentos ya explicitados del porqué de la Recreación como vía de trabajo; considero que el abordaje se complejiza al plantearla en el sentido aportado por el autor anteriormente citado, es decir como una práctica que sostiene que la libertad es un aprendizaje de participación existencial que requiere de intervenciones externas para su gestación y desarrollo. De esta manera, estarían íntimamente relacionadas a la concepción de salud como despliegue de posibilidades, como potencia de reflexión y acción en los actores sociales en un barrio periférico.
Además, teniendo en cuenta la vigente Ley 26061- Nuevo Paradigma, que entre los derechos declarados postula: “Derecho al deporte y juego recreativo” y “Derecho al desarrollo personal en su medio familiar, social y cultural”. En relación a esto me pregunto: ¿Qué políticas públicas se están implementando que sean acordes a tales postulados? ¿Qué responsabilidad tenemos los agentes de salud, como parte del mismo, para garantizar que NN y A cuenten con ER que favorezcan su desarrollo? ¿Cómo trabajarlo cuando la presencia institucional que canalizaría tal intervención del Estado, no es característica en un contexto particular?
A modo de cierre, el recorrido compartido para la construcción de una estrategia de trabajo habla de un aprendizaje parte del hacer de la Psicología Comunitaria en la Residencia a la que pertenezco, pero significa también una apuesta; de manera que su apropiación estará atravesada por factores externos, de contexto como por los propios sujetos y sus historias. Así, los interrogantes planteados hasta aquí servirán para seguir profundizando en análisis que enriquezcan el accionar junto a las personas con las que trabajo, lo cual desde una postura ética, también hace a nuestro rol de Psicólogas Comunitarias en un contexto específico.
Bibliografía:
Bozzolo, R. 2008 El oficio de intervenir. Políticas de subjetivación en grupos e instituciones. 1ra ed. Buenos Aires: Biblos.
Chardon, M. C. (2000) “¿Legitimar las prácticas del psicólogo en la escuela o construirlas críticamente? en: Chardon Ma. Cristina (Comp) Perspectivas e interrogantes en Psicología Educacional. Buenos Aires: Eudeba.
Kantor, D. (2005). Adolescentes, jóvenes y adultos. Propuestas participativa en recreación. Disponible en: Biblioteca Virtual. Residencia de Psicología Comunitaria.
Leale, H. (s/f). Intervenciones preventivas y promocionales de salud. Disponible en:
http://www.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/sitios_catedras/electivas/067_psico_preventiva/cursada/bibliografia/intervenciones_preventivas.pdf
Ulloa, F. (1995) Novela Clínica Psicoanalítica. Historial de una práctica.
Weichman, P. 2008. ¿Educación para el tiempo des-ocupado o educación para la libertad?
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