¿Cómo pensar la territorialidad dentro de las Políticas Públicas de Salud?- Lectura a partir de una
- Lic. Andrea Bravo
- 21 mar 2016
- 7 Min. de lectura

El inicio de este proyecto tiene su punto de partida en la lectura realizada sobre la realidad de las mujeres embarazadas del área de responsabilidad del Centro de Salud N° 65 (B° 17 de Mayo). Así me encontré con mujeres jóvenes y adolescentes que vivían en sectores populares y se encontraban cursando algún tipo de estudio por un lado, mientras que por el otro, estaban aquellas a quienes el sistema les habría negado ciertas oportunidades. También me encontré con ciertas estadísticas, de las últimas evaluaciones del servicio, que reflejaban una cantidad de mujeres embarazadas significativa, mientras que el número de controles (en el área de psicología) de las mismas era relativamente bajo.
Ante esta lectura, me preguntaba: ¿qué acceso a la información respecto al parto tienen y cómo se trabaja en relación a la maternidad/paternidad en los controles integrales? Si bien, a través de este dispositivo (controles integrales) pueden acceder a la posibilidad de consultas, ¿son suficientes estos espacios en consultorio para despejar dudas, miedos e incertidumbres que un embarazo generan, no solo en la mujer sino en la familia en general? Teniendo en cuenta que muchas veces los tiempos que exigen números de pacientes/horas, ¿qué prioriza el profesional en los controles que se realizan? Estos interrogantes implicaron primeras observaciones, las cuales fueron tornándose diferentes a medida que los ciclos de talleres avanzaban.
De esta manera, a partir de intereses encontrados con la Residente del Centro de Salud N° 47 (Lic. Ana Pekarek), se decidió desarrollar talleres integrales de preparación para el parto y la parentalidad en la Zona Oeste Alta. De este modo, se formó un equipo de trabajo que empezó a reunirse semanalmente desde el mes de Febrero de 2015, para la construcción de un proyecto que tuviera como objetivo generar espacios diferentes y específicos de prevención y promoción de la salud de embarazadas y sus familias. El equipo se conformaba por las residentes de Psicología Comunitaria de ambos Centros de Salud, una enfermera, un residente de Medicina Familiar y Comunitaria (CS N° 47), una psicóloga y una nutricionista (CS N° 65).
Luego de espacios que implicaron encuentros, intercambio y aportes desde la experiencia de cada uno, se construyeron los objetivos, partiendo de entender al embarazo desde una mirada compleja e integral, como un proceso saludable dentro de una etapa de vida de la mujer y su familia:
“Generar espacios de promoción de la salud integral para mujeres embarazadas, sus familias y la comunidad de los barrios de zona Oeste Alta de Salta Capital”.
A lo largo del año, los talleres llevados a cabo se estructuraron en ciclos itinerantes (ya que se realizan en distintas instituciones de los barrios de la zona oeste alta) de 5 encuentros cada uno (uno por semana). La estrategia implementada a partir de esta modalidad, responde a que como equipo sabemos que la división de “áreas de responsabilidad” responde a fines prácticos y organizativos del sistema, no coincidiendo con la realidad de los movimientos de la comunidad, en este sentido, las instituciones de los distintos barrios compartirían la comunidad que circula por ellas, además de pensar lo “itinerante” como intervención para fomentar la accesibilidad al sistema de salud.
En este camino de construcción y aprendizaje se llevaron a cabo 4 ciclos de talleres (cada uno tiene una duración aproximada de dos meses, en los que se desarrollan los 5 encuentros, se evalúa ese ciclo y se planifica el siguiente).
En esta modalidad itinerante y con el objetivo de acercar el sistema de salud a las comunidades, ampliando la accesibilidad y sobre todo, apuntando a que la comunidad y las institucionales barriales sean co-constructoras de salud, desarrollamos los ciclos en diferentes barrios de la zona oeste alta. De esta manera, el primero se llevó a cabo en el Centro Vecinal de B° San Silvestre, el segundo se desarrolló en la Escuela Primaria del B° Roberto Romero, el tercero en el SUM de B° Las Costas y el cuarto en el Colegio Polimodal N° 5159 con adolescentes embarazadas y puérperas.
Por ellos, desde los inicios, este equipo de trabajo, se planteó una serie de desafíos, los cuales tienen su base en la estrategia de APS y para los cuales aunamos esfuerzos y criterios de acción, ya que si bien nos rigen los mismos paradigmas, cada equipo de salud tendría características propias en sus abordajes. Pero sobre todo, decidimos hacer especial hincapié en el desafío que implicaba la accesibilidad al sistema de salud ante la realidad de estas mujeres y sus familias en los diferentes barrios de la Zona Oeste Alta; entendiendo a esta variable desde diferentes dimensiones como: geográfica, cultural, jurídica, etc. y con lograr un mayor acercamiento de los Centros de Salud a la comunidad.
A partir de la experiencia, de las lecturas realizadas, problematizaciones y desnaturalizaciones de algunos aspectos es surge como inquietud planteamientos en relación a una variable, la cual se constituye quizás, en base y fundamento de algunas de las políticas públicas sanitarias que orientan el accionar de los equipos de salud. En este sentido, interesa volcar algunas líneas reflexivas respecto a aquellas nociones que revisten la relación entre accesibilidad y territorialidad.
Un primer planteamiento en torno a esto es: cuando hablamos de accesibilidad, ¿se tienen en cuenta aquellas nociones sobre la territorialidad de la comunidad?
El Trabajo en conjunto de dos Centros de Salud implica un trabajo regional, interinstitucional, estrategia importante para abordar la salud de la población y poder llegar a la misma. De esta manera, se pone en evidencia nuevamente, que la división de áreas de responsabilidad, representa sólo una cuestión organizativa del sistema, ya que la comunidad que circula por los Centros de Salud y las instituciones es la misma.
Pensar y apostar por un proyecto interinstitucional como este, desde la promoción de la salud, acercándonos a la comunidad, respetando sus condiciones, características, recuperando los saberes que tienen, es una de las formas más idóneas para desplegar la APS, la cual sienta una de sus bases en la accesibilidad. Como bien se mencionó, mejorarla constituyó uno de los principales objetivos al conocer el número de embarazadas que hay en la zona y el número de controles realizados. Por ello se pensó la modalidad itinerante, bajo el lema “si la comunidad no llega, lleguemos nosotros”, planteando desde una mirada problematizadora, las barreras de la accesibilidad a los servicios de los que formamos parte: turnos y horarios, altas demandas y pocos profesionales, lugar de residencia donde muchas veces las cuestiones territoriales juegan fuertemente en las dinámicas comunitarias, entre otros:
“Si no llegan a los Centros de Salud, llevemos los Centros de Salud a la comunidad” (Miembro del equipo de trabajo, Registro de Campo).
“Nosotras no vamos para el Centro de Salud porque ´los de arriba´ no nos dejan pasar a ´los de abajo´ entonces se complica. Si hacen los talleres por acá avisen y vamos”
(Vecina del Área de Responsabilidad, Registro de Campo).
Es así cómo, en un principio el desafío planteado respecto a mejorar la accesibilidad y llegada al sistema a través de una modalidad itinerante tuvo su anclaje en la dimensión geográfica: acercar los Centros de Salud al lugar de residencia. Sin embargo, a medida que los ciclos se desarrollaban, fuimos encontrándonos con dinámicas vislumbradas desde otras perspectivas. La realidad de algunos de los barrios y sus lógicas cotidianas, nos fue enfrentando con una dimensión simbólica acerca de los territorios, variable que acentúo aún más la modalidad itinerante como estrategia para el abordaje de la salud de las mujeres embarazadas y sus familias.
Ante esto me pregunto: ¿el sistema tiene en cuenta las cuestiones territoriales?, ¿se podría hablar de accesibilidad sin tener en cuenta la territorialidad que marca a los barrios de las áreas de responsabilidad e influencia? Si se plantea el reconocimiento de que la Atención Primaria a la Salud debe ser universalmente accesible, llevándola tan cerca como sea posible a donde la gente vive (Baum, 2007), ¿cómo se piensan las variables comunitarias de los territorios? Para esto es necesario entender al espacio desde la lógica de la “geometría del poder”, la cual plantea al espacio como un producto social complejo y polifacético, indivisible de los seres humanos que lo habitan y lo modifican todos los días (Santos, 1986).
De esta manera, se podría pensar cómo en ciertas ocasiones el diseño y la implementación de políticas públicas normalmente no considera las dinámicas territoriales, sino más bien, responderían a enfoques sectoriales, útiles para quienes las piensan. Así por ejemplo, si se toma en cuenta la “nueva” distribución del área de responsabilidad del Centro de Salud N° 65, se puede visibilizar cómo la accesibilidad al servicio se ve obstaculizada por la ubicación geográfica, la disponibilidad de transporte y las distancias, incluso por no conocer el barrio “17 de Mayo”, motivo por el cual ese sector de la población no tendría llegada a nuestra institución.
Del mismo modo, se podría pensar dentro de las dinámicas de la territorialidad, como otra barrera a la accesibilidad a las significaciones que se les otorga a los lugares, los cuales son formadores de subjetividades tanto individuales como colectivas, las cuales condicionan la percepción de la vida social y cotidiana. Así, se inscriben lugares por donde se pueden circular, espacios por los que no, aquellos “peligrosos”, aquellos “lejanos”, entre otros. De este modo, ante el objetivo de universalizar el derecho a la salud y el acceso a la misma, se enfrentan las prácticas locales en las que se dan relaciones particulares entre sus miembros y dinámicas específicas. Por ello, pensar en esta dimensión simbólica implicaría un reto a sortear por los equipos de salud, en este sentido, ¿qué estrategias se podrían implementar para superar las barreras territoriales de la accesibilidad? Considero que la modalidad itinerante posibilita sortear algunas de estas barreras, llevando al sistema y el servicio a la comunidad.
Recordando, el Plan Quinquenal (2011-2016), expresa algunas prioridades y estrategias que deben orientar las actividades en salud hacia la estrategia de la Atención Primaria (APS) y en función de los principios de equidad, universalidad, accesibilidad y calidad, a los fines de lograr la satisfacción de la comunidad; a su vez, define a la equidad como la justa distribución de posibilidades y oportunidades de acceso a la información, conocimientos, recursos, bienes y servicios, lo cual podría pensarse que a través de la modalidad itinerante estos pueden abordarse.
De esta manera, el desafío que se les presentaría a los miembros de los equipos de salud, sería poder abrir paso a la accesibilidad teniendo en cuenta las barreras territoriales que conocemos desde un Primer Nivel de Atención. Además sería interesante pensar qué otros aspectos deberían ser considerados como facilitadores para poder aspirar al cumplimiento de los objetivos vinculados a la equidad, universalidad y accesibilidad.
BIBLOGRAFÍA CONSULTADA:
Baum, F. (2007). ¡Salud Para todos ahora! Reviviendo el espíritu de Alma Ata en el Siglo XXI. Movimiento de salud de los pueblos. Clásicos de la medicina social. 2(1) pp. 37-46.
Ministerio de Salud de la Provincia de Salta. (2011-2016). Plan Quinquenal de Salud. Salta, Argentina: Autor.
Santos, M. (1.986) “Geografía y economía urbanas en los países subdesarrollados” Oikos-Tau Sa., Barcelona, España.
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