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“Cuerpos en movimiento”: cuando la realidad nos sacude, mejor estar preparadxs. Interpelaciones a la

  • Lic. Claudia Pauloni, Lic. Natalia Negrín
  • 21 jun 2016
  • 16 Min. de lectura

(1) David Siqueiros, mural que forma parte de la obra: “La Marcha de la Humanidad en la Tierra y hacia el Cosmos. Miseria y Ciencia”

Introducción

Frente a la coyuntura actual de nuestro País, a partir de la asunción de un nuevo gobierno a nivel Nacional de tinte de derecha que ha tomado drásticas medidas a los pocos días de asumir como: Decretos de Necesidad y Urgencia, cierres y desmantelamiento de programas, despidos masivos en el sector público y privado, entre muchas otras; nos preguntamos por las posibilidades de un “pensar-comprometido” desde la Psicología Comunitaria en este contexto; y más específicamente. ¿Cómo se construyen movimientos ante una situación que tiende a paralizarnos? ¿cómo crear condiciones para potenciar nuestra capacidad de agencia frente a lo que sucede? ¿desde qué lugares de implicación es posible pensar construcciones colectivas? ¿cómo se piensan las diferencias? ¿De qué manera se pueden construir marcos de referencia dentro de una dispersión de trayectorias, experiencias, recorridos teóricos y vitales en la Residencia de Psicología Comunitaria?

Interpeladxs de esta manera, tan profundamente por las prácticas, decidimos comenzar una búsqueda que no fuera sólo teórica, sino que nos permitiera interrogar otros aspectos de la experiencia hasta el momento no visibilizados, como por ejemplo lo que implica, concretamente, movilizarse por algo, hacia algo, frente a alguién.

Nuestra Provincia está ubicada en zona sísmica, el suelo se mueve y esa sensación muchas veces nos deja perplejxs. Claro, no estamos acostumbradxs a que la estabilidad de lo que pisamos se derrumbe, pero quienes vivimos en zonas sísmicas sabemos que, la tierra a veces adopta este tipo de comportamientos y en estas situaciones es imposible seguir con la vida “como si nada”… “cuando la realidad nos sacude, mejor estar preparadxs”. Entendemos por analogía, que estas “sacudidas” de la realidad social y política, serían como movimientos de las capas arquitectónicas que sostienen lo sociocomunitario. Tal como lo veníamos pensando, decidimos prepararnos.

Desde la Residencia de Psicología Comunitaria pusimos en marcha una propuesta que tuvo lugar en el primer semestre de este año. “Cuerpos en movimiento” configuró para nosotrxs un espacio de experimentación, de mucho aprendizaje, de corajes anudados a la confianza en lo colectivo como medio de elaboración de lo socio-histórico.

Se trató de una propuesta de 4 talleres que se dividieron en momentos, trabajamos progresivamente en cada taller algún contenido y también alguna dimensión de expresión múltiple. Los talleres fueron armando secuencias en un “ir y volver” entre los acontecimientos socio-políticos y los modos de vivenciarlos. En estos encuentros pudimos abrirnos a la posibilidad de experimentar múltiples formas de hilar pensamientos, sentimientos y acciones colectivas.

Compartimos aquí, las líneas de pensamiento y experiencias surgidas entonces, cada una con sus propios puntos de partida. Por útlimo, convocamos a Manuel Martínez miembro del Consejo de Redacción de la Editorial Herramienta, quien se mostró predispuesto a dialogar con nosotrxs sobre lo escrito. Así, Manuel, hacia el final del artículo, establecerá algunos puntos desde los cuales iniciar discusiones que abran camino hacia otros espacios.


Cuando la realidad nos sacude…

En los últimos tiempos cobraron mayor visibilidad para nosotrxs aquellas tensiones entre lo sociohistórico, lo político, lo económico y lo comunitario, como parte de una trama que se manifiesta en “nudos-operantes”, es decir, entrecruzamientos que en su misma configuración producen lo que llamamos “la realidad”.

Siendo parte de una residencia de formación profesional con larga trayectoria de trabajo dentro del Estado, fue emergiendo con mayor intensidad la necesidad poner en discusión nuestro doble arraigo: Psicología Comunitaria y Estado. Comenzamos a trabajar sobre las territorialidades, es decir, a plantear los modos históricos de configurar lo social en cada lugar, también a pensar los lugares desde donde se construyen las prácticas disciplinares y dentro de esto, pensar nuestra responsabilidad como psicólogxs comunitarixs frente a esta época.


Algunos antecedentes de discusión e intervención en el medio local a destacar, fue la concurrencia a la marcha #Niunamenos ante la emergencia de casos de violencia de género. Si bien se trató de una marcha de convocatoria Nacional, la Provincia de Salta posee propias configuraciones de poder que hacían poco previsible las reacciones posteriores de los diferentes grupos sociales a la expresión callejera. Desde la Residencia, asistimos a la marcha con intervenciones en el espacio público, dando visibilidad a nuestro lugar como trabajadorxs dentro del Estado a través de uniformes con identificaciones que daban a nuestra participación una connotación simbólica particular (remitimos al análisis realizado por Balestrini, di Pasquo, Cañizares, D’Arterio y Fayos; 2015).




En octubre y a razón de ser convocadxs a intervenciones desde la Estrategia de Atención Primaria de la Salud ante el movimiento sísmico ocurrido en la localidad El Galpón (Provincia de Salta), tomamos real dimensión de lo que sucede cuando la tierra se mueve, no sólo lo que se juega en cuanto a supervivencia física, sino también lo que se conmueve de la construcción histórica de los sentidos puestos en el territorio común. Un vecino relataba “con el temblor se perdió la Manzana Fundacional del pueblo” (cita de entrevista en El Galpón, Octubre 2015).

Nos trajimos de El Galpón un montón de sensaciones, experiencias y relatos desde los cuales pensamos nuestro suelo, eso que llamamos “lo comunitario” desde donde se sitúa la Psicología que elegimos construir. Simultáneamente a esto, y en sintonía con estos posicionamientos en el ámbito local, algunos intentos en la Residencia apuntaron a generar espacios de discusión sobre aspectos de la actualidad que nos movilizaban.

Sin embargo, un hito importante lo constituyó el triunfo electoral del candidato Mauricio Macri a la Presidencia de la Nación en las elecciones de noviembre de 2015. Numerosas preguntas irrumpieron en ese entonces en nuestros procesos colectivos: ¿De qué manera se pueden establecer en nuestras experiencias comunitarias, las articulaciones entre procesos políticos macro (como procesos de representación parlamentaria) y los micro-procesos de participación local? ¿De qué manera pensar el rol de la Psicología Comunitaria en la coyuntura actual del país?

Como parte de esta tensión productiva entre intervenciones comunitarias, posicionamientos ético-políticos y espacios colectivos de reflexión, en febrero, la evaluación semestral de la Residencia se orientó hacia la construcción/propuesta de nuevas formas de concebir un camino colectivo, bajo el supuesto de que “lo colectivo” es un espacio-proceso complejo donde tienen lugar las diferencias que nos constituyen como sujetxs.

Nos dispusimos entonces a construir colectivamente un recorrido que nos permitiera abordar la cuestión: “cuando la realidad nos sacude” (aunque no podamos definir todavía los efectos del movimiento), “mejor estar preparadxs” para que nuestras construcciones de sentido no se quiebren y se derrumben. Comenzamos por la memoria colectiva en sintonía con la visita del presidente Obama un 24 de marzo. Pensamos desde nuestras historias cercanas la construcción social de un País que está habitado por diferentes arraigos socio-territoriales.


En movimientos espiralados, fuimos produciendo caminos: Retomamos las memorias para pensar los modos en que nos socializamos como sujetxs en un “suelo” colectivo, resignificamos las memorias para comprender lo que somos, y para repensarlo. Cartografiamos recorridos ubicados en la tensión entre lo social y lo subjetivo, como techos de colores que en la yuxtaposición conformaba un caleidoscopio de rebeldías. Pensamos la responsabilidad de nuestro lugar hoy, frente a la historia y a lo social, frente al porvenir que estamos habilitando al hacer. Reflexionamos desde las imágenes que los medios de comunicación transmiten sobre la coyuntura actual, analizamos diferentes fuentes locales y nacionales, con múltiples focos puestos en: despidos, movilizaciones, expresiones culturales de resistencia, banalidades, discursos oficiales e historias personales de figuras públicas, así tal cual se plasma en lo que las noticias configuran como “la actualidad”. Frente a esto, pusimos en movimientos máquinas que dieron cuenta de lo que sostenían nuestros cuerpos, diferentes posiciones en la estructura que estructuraban sentidos.

En síntesis y para dar cuenta de algunas de estas construcciones retomamos registros textuales que fueron puestos en juego en estos espacios:


“Pensar y reflexionar distintas esferas de la vida, lo personal, profesional, social...jugando” (registro de la evaluación del espacio, Mayo 2016);

“Compartir momentos de intensidad, conectarme con la historia, con mi historia y a partir de eso con los demás, con la historia, con la realidad. Todo está relacionado. Me emocionó esto de hoy, fue muy gráfico lo que trajeron” (registro de la evaluación del espacio, Mayo 2016);

“Este espacio fue una buena idea, estaría bueno que continúe. (...) Fue muy bueno el cierre. Fue lindo recordar de dónde vengo, nunca lo pensé tanto y ahora entiendo de donde viene todo lo que hago, gracias” (registro de la evaluación del espacio, Mayo 2016)


Hoy podemos comprender que nunca vamos a estar totalmente preparadxs para las sacudidas de la realidad.

Habitamos una zona sísmica y sabemos lo que eso significa.

Sin embargo, los últimos sentidos construidos apuntan a que “si la realidad nos sacude”...“Mejor estar movilizados” (registro de la evaluación del espacio, Mayo 2016)

Cuerpos en movimiento: registros cambiantes


¿Cómo trabajar lo que nos pasa? ¿cómo poner a circular sensaciones, pensamientos, ideas en un escenario diverso? ¿Cómo poner a jugar las diferencias que existen en la Residencia de Psicología Comunitaria para la construcción de un “posicionamiento”? ¿la apuesta de lo colectivo implica la construcción de un posicionamiento, como algo único, unificador? ¿de qué manera apostar a una construcción colectiva que no implique anular las diferencias, imponerse unxs sobre otrxs, silenciar las diferencias? La primer apuesta fue ponerlas a “jugar” pero ¿cómo? Como profesionales de la psicología nuestro modo de expresión por excelencia es “la palabra”, generar espacios para “la circulación de la palabra”, espacios de encuentro para encontrarnos… ¿desde la palabra? ¿Cómo entender los silencios que se presentaban? ¿qué nos venían “diciendo”?

Nos dimos cuenta que necesitábamos ayuda. Decidimos buscar a alguien que trabaje desde otros registros y nos invite a explorar otros modos de expresión. Así, conocimos a Silvia Sanchez (docente de expresión corporal formada con Patricia Stokoe), quien nos invitó a inmiscuirnos en el mundo de la expresión corporal y las expresiones múltiples, a animarnos a escuchar lo que el cuerpo nos dice, a encontrarnos con él como nuestra principal herramienta de trabajo y de creación.

El trabajo comunitario implica necesariamente la puesta en juego de nuestro cuerpo, con él nos encontramos y nos desencontramos con un otrx, nos comunicamos, decodificamos sentidos, nos expresamos y sentimos. Entendemos que esta es una posición, una forma de entender nuestro quehacer, por lo tanto, frente a esta coyuntura social y política ¿porqué no animarnos a trabajar nuestras movilizaciones desde estos nuevos registros experienciados?

Pero... ¿cómo planificar un taller/encuentro con el eje puesto en el registro corporal? ¿Se lo hace a partir de la palabra? ¿De qué manera trabajar el lugar del cuerpo? A partir de estos interrogantes nos empujamos colectivamente a intentarlo. Recuperando nuestros propios recursos y recorridos para experimentar-nos desde un nuevo lugar de coordinación, creando propuestas que inviten a los residentes a ponerse a jugar desde un sentir corporal.

En el desarrollo de los primeros talleres nos preguntábamos si estábamos dejando al cuerpo en un lugar secundario, subsidiario, como disparador que necesitábamos rápidamente “abrochar” con “la palabra”. Cuestionamientos como éste nos llevaron a buscar espacios de supervisión con Silvia Sánchez donde debíamos partir de la puesta en juego de nuestros cuerpos para poder planificar.


“Cuerpos en Movimiento” constituyó un espacio-tiempo en la Residencia donde estas coordenadas tan centrales en nuestra cotidianidad se transformaron en un “tiempo-espacio otro”, en el cual aparecían registros de: cuerpos andando, contracturas, tensiones, la voz, la creatividad, la imaginación, el registro de sensaciones a partir de explorar los diferentes sentidos, la búsqueda de relatos familiares, recuerdos... ¿Por qué nos impactó tanto escuchar audios de la época de la última dictadura cívico militar y diversas opiniones públicas al respecto? Sensaciones despertadas por una historia colectiva que nos atraviesa desde relatos, significados que se transmiten socialmente ¿se resignifican a partir de sentirlas en nuestro cuerpo? Pensar con el cuerpo, poner el cuerpo en espacios colectivos, visibilizarnos, ponernos en juego y jugar, movernos, con-movernos, co-pensarnos en movimiento, con unx mismx y con el otrx, con lxs otrxs.

“Conocer, tramitar desde el cuerpo, otra forma de conectarnos entre nosotros y con lo que sentimos también. Frenar para que el cuerpo se siga moviendo” (registro de la evaluación del espacio, Mayo 2016)

Desde la vergüenza a la necesidad de compartir, de poner en común las experiencias propias. Un espacio de confianza que permitió resignificar las propias trayectorias de vida, comprender-se a partir de comprender al otrx, y entender las diversas maneras en que nos sentimos implicadxs en esta realidad social.

“Recordar y entender que había pasado para tomar posición. Lo importante es que estamos juntos con tanto quilombo y además cada uno con el suyo. Vi mucha conexión, y entre pasado, presente, futuro por ejemplo. Mirarnos, mirar la historia y pensar lo que queremos para el futuro.” (registro de la evaluación del espacio, Mayo 2016)

“Compartir momentos de intensidad, conectarme con la historia, con mi historia y a partir de eso con los demás, con la historia, con la realidad.” (registro de la evaluación del espacio, Mayo 2016)



“Cuerpos en Movimiento” fue una apuesta a animarnos a descubrir qué nos incomoda/enoja/moviliza de esta maquinaria social, que metaforizamos a partir de la construcción de una máquina “humana”. Este ejercicio nos permitió el registro corporal y de las sensaciones que nos produce tomar parte en la estructura social:

“cuando me rebelé me olvidé de las emociones”

“es cansador oponerse, es cansador ir en contra”

“el enojo viene siendo disfuncional, te saca energía, estaba cansada”

“[desde] la indiferencia era más fácil de mover al ritmo que imponía el motor, la lucha molesta”

“sentía bronca de quedarme sólo como indiferencia y es lo que prevalece hoy”

“hicimos dos máquinas en base a emociones, algo te tiene que tocar, me enojo, pero hay que hacer algo con eso.... sólo cansa”

Pasar por el cuerpo diferentes modos de reaccionar frente a la realidad social, de sentir lo que “nos pasa” frente a la misma, permitió resignificar sensaciones y sentimientos que nos despierta el actual contexto sociopolítico y abrir preguntas a otras posibilidades de “movilización”.


“Me generó mucha movilización, pensarme, cuestionarme, recordar para construir juntxs, para recordar cosas de otrxs que también son nuestras, me generó pensar mi lugar, nuestro lugar. Y darme cuenta que hay otras formas de pensar, aprender, reflexionar no sólo sentadas leyendo o pensando. Se puede pensar con el cuerpo…” (registro de la evaluación del espacio, Mayo 2016)


La cocina de “cuerpos en movimientos”: espacios de discusión de equipo


La realización de un espacio de estas características fue posibilitada por la conformación de un equipo de trabajo (entre jefas de residentes e instructora), implicado en la planificación de las dinámicas, los recursos corporales, visuales y auditivos que permitían “poner el cuerpo” en cada Taller. La modalidad elegida para los mismos, fue clave para desanudar algunos núcleos de sentido a los que muchas veces lxs profesionales desde el ámbito académico creemos que debemos responder, esto es: espacios expositivos, de discusión de textos, etc. A su vez también permitió interrogarnos sobre por qué hacerlo desde vivencias corporales y sensoriales, y no -como es más común a nuestros modos de formación teórica- desde los registros discursivos de la palabra y el razonamiento.

Detrás de cada planificación debimos poner a jugar las propias diferencias en pos de la construcción de acuerdos sobre los sentidos y fundamentos por los cuales trabajar diferentes aspectos de la convulsionada realidad macro social que estábamos viviendo. Nos fuimos afirmando en la convicción de que esta modalidad de trabajo es un espacio valioso y necesario para nuestra formación como residentes, como trabajadorxs estatales, y, en ese marco, para la especificidad de la Psicología Comunitaria desde la Salud Pública en Salta.

“Cuerpos en Movimiento” partió de una evaluación del funcionamiento de la Residencia, en la que, como equipo que asumimos la coordinación, nos planteamos la necesidad de trabajar en la construcción de un posicionamiento de la Residencia frente a temáticas diversas que nos implicaban directamente como psicólogas comunitarias. El “abordaje de adentro hacia afuera” fue uno de los sentidos que guiaron esa construcción: Si al interior de la institución no trabajamos las diferencias, las trayectorias, los pensamientos y posicionamientos de cada quién, sería muy difícil -quizás imposible- pensar en acciones o discusiones colectivas. En este sentido, se realizó la Evaluación Semestral de la Residencia (Febrero, 2016) llamada “Un viaje al interior de la Resi”, donde recuperamos a través de diversas herramientas de la expresión corporal y la representación, la discusión respecto a los ejes transversales de la Residencia desde una perspectiva integral. Esto implicó discutir sobre los objetivos de los distintos espacios académicos/formativos, para pensar las mejores herramientas para llevarlos a cabo. Lógicas organizativas al interior de la Residencia, la historización de algunos espacios que persistían en el tiempo, la contextualización de las prácticas como requisito para la formación, fueron algunas de las ideas que circularon.

En sintonía con lecturas que veníamos haciendo en torno al Estado, y la necesidad de alojar los malestares que la coyuntura, las prácticas en los barrios y equipos de salud nos generaban, apostamos, como otra de las líneas de sentido rectoras, el promover análisis y articulaciones que circulen entre los procesos micro-comunitarios y las coordenadas macro sociales, con mayor fluidez.


En el taller en el marco del 40 aniversario de la última dictadura cívico-militar, nos propusimos trabajar desde lo retrospectivo, lo familiar y la historia conocida de cada quien, para poder pensar luego el carácter político de la historia colectiva. Consideramos que pensar los atravesamientos desde lo singular/particular hacia análisis del contexto social en la construcción de la memoria colectiva, habilitaría la posibilidad de rescatar la posición activa, la posibilidad de agencia, de decisión de lxs sujetxs.

Esto dio comienzo a una serie de talleres en cuya construcción discutimos sobre nuestras posturas en relación a los temas tratados y los sentidos puestos en juego en cada propuesta. Teníamos posturas diferentes en relación a la construcción de “lo colectivo”, al lugar de las diferencias en un proyecto común, a la configuración de una forma organizativa. Temas que nos llevaron a largas discusiones al cabo de las cuales fuimos esbozando algunas ideas desde las cuales surgían las técnicas a desarrollar. Para nosotras fue importante darnos cuenta que, en el camino de construcción de los talleres, las técnicas devienen de la discusión de sentidos y con esto, comprender que el lugar de “lo técnico” siempre debe estar en articulación contextuada con cada situación.

El lugar del equipo de coordinación en la experiencia compartida también fue un disparador de muchas discusiones, en el transcurso de la propuesta pusimos a jugar una manera de pensar la coordinación con muchas revisiones.

Re-visitamos las incomodidades de sentirnos con “ganas” de participar de las actividades planificadas como “unx más del grupo” porque nos vivenciábamos desde otro lugar o de compartir nuestras trayectorias vitales, o de “entrar y salir” en la dinámica de actividades. Fue una propuesta que se iba haciendo al mismo tiempo que se reflexionaba, que sucedía en simultaneidad con los acontecimientos, con poca estructuración instituida, cuyo mayor desafío fue animarnos a ponerla en acción.

Al realizarse con estas características, el proceso tuvo su impronta, estuvo marcado por espacios que quedaban “abiertos”, donde nos cuestionábamos sobre la necesidad de concluir la experimentación a través de palabras, donde se ponía en tensión la posibilidad misma de hacer cierre, etc.

¿Cómo poner el cuerpo en un taller donde se trabaja con el cuerpo? Fue difícil para nosotrxs pensar con el cuerpo, quizás porque constituye un punto ciego en nuestra formación disciplinar. Fuimos probando diferentes maneras de pensar el cuerpo como equipo, lo que finalmente se plasmó (hacia el cierre del espacio) en una “devolución” por medio de la puesta en escena de lecturas realizadas por parte del equipo sobre el proceso de talleres. “Cuerpos en movimientos” cobró entonces diferentes significaciones que no se agotan todavía al momento de escribir.

Finalmente queremos compartir, a modo de bonus track, una lista de condiciones que definimos como necesarias pero no suficientes para construir movilizaciones colectivas. Un poco lúdicamente, así como pensamos los talleres, nos dispusimos a delinear elementos indispensables de múltiples formas de acción colectiva. A continuación plasmamos, de manera aleatoria, aquellas condiciones base que nos llevan a pensar en “cuerpos en movimiento” :

  • Las experiencias son una parte importante de nuestro posicionamiento en el mundo

  • Una parte importante de las experiencias tienen que ver con registros sensibles

  • Estos registros tiene que ver con “poner el cuerpo”, algo que en nuestro ejercicio profesional es permanente

  • Muchas veces los discursos (y los silencios) están marcados por lo que se espera de nosotros

  • Los posicionamientos requieren de espacios colectivos donde se sostengan, sobre todo frente a escenarios confusos, contradictorios o conflictivos

  • Las experiencias se ubican en una zona entre lo individual y lo colectivo

  • Lo histórico-social tiene que ser un eje del que podamos basar nuestras lecturas de los procesos comunitarios

  • Posibilitar la expresión de las diferencias, requiere el ejercicio de la tolerancia, permite que las diferencias puedan ser reconocidas y trabajadas


De esta manera, en este recorrido, armando movimientos desde los que fuimos pensando, es que decidimos sistematizar esta propuesta para que continúe animando a nuevas movilizaciones.

Tal como nos dijo Silvia Sanchez: “sistematizar para poder llevar con nosotros”. Así nos llevamos esta manera de andar haciendo/pensando la Psicología Comunitaria en estos tiempos.



DISCUSIONES CON MANUEL MARTINEZ (2)

(2) Miembro del consejo de redacción de la revista Herramienta y militante socialista de dilatada trayectoria en la Argentina y Perú.


1.- Creo que las preguntas que se hacen al principio tienden a comprender que estamos viviendo una nueva etapa política, con todo lo que ella implica. Estamos ante un cambio importante no sólo en nuestro país sino a escala continental. Y es preciso debatir-comprender las características de esto “nuevo” que contiene una modificación de las relaciones de fuerza y por lo tanto de las relaciones sociales. En este sentido, los debates que hicimos sobre el Estado y sus características, pueden ser una base para seguir profundizando el tema.


2.- El que se hagan tales preguntas está reflejando también la necesidad de afinar la interpelación al espectro social en el que desarrollan vuestra actividad, lo cual expresa una sensibilidad muy importante y un asumir la carrera y su ejercicio en esa clave. En tal sentido, el preguntarse por las “posibilidades” del “pensar-comprometido” desde la psicología comunitaria resulta efectivamente fundamental. Ensayar respuestas, seguramente, está en detenerse un tanto en qué significa ese “pensar-comprometido”. En mi caso es militancia política, en el de ustedes es la práctica consciente de vuestra profesión (aunque no creo que haya contraposición). Valoro mucho que se haya apelado a esa definición del pensamiento y del compromiso. Sí, no es un juego de palabras. Pensar por pensar, abstraídos/as o sustraídos/as de la realidad, si bien nunca es del todo cierto que ocurra, no conduce más que a interpretaciones o miradas externas, en este caso, del entramado social realmente existente. Por otra parte, el compromiso empírico, que expresa ganas de hacer cosas, tampoco conduce a una comprensión de ese entramado. Puede ser un compromiso alienado, encapsulado en un microclima, incapaz de ver el entorno, es decir la realidad o parte de ella.


3.- Debo decir, además, que tratándose de una determinada instancia académica, en este caso de residencia, la experiencia que ustedes sistematizan demuestra que no tenían un “a priori” teórico e inamovible a partir del cual debían realizar tal o cual “práctica profesional”. Creo que la salida a la calle, en tantas ocasiones, tal como lo dicen, no sólo ha significado “poner el cuerpo”, lo cual es imprescindible, sino también que en esa “puesta” –que no es empírica, ni simplemente para liberar angustias– hay también muchas búsquedas y encuentros –aunque también puede haber desencuentros– en el contexto concreto en el que nos desenvolvemos, en la sociedad en movimiento, en las expresiones de nuestra gente manifestándose, etc. Y todo esto, sin duda, aporta teoría, crea teoría que debemos sistematizar más, simplemente porque la teoría es la generalización de la vida concreta de las mujeres y los hombres. Tal vez esté contradiciendo algo, ya que ustedes hablan de haber comenzado “una búsqueda que no fuera sólo teórica”. Lo que les estoy planteando es que en el hacerse mismo de esa búsqueda, es decir en “lo que implica, concretamente, movilizarse por algo, hacia algo, frente a alguien”, hay inmensos manantiales de una teoría que debe crearse y recrearse, también para volver nuevamente al movimiento como herramienta a ser probada. Tal es el sentido de lo que llamamos praxis.


4.- “Cuerpos en movimiento” creo que fue un ensayo muy importante. Es interesante que se lo defina como un espacio, entre otras cosas “de corajes anudados a la confianza en lo colectivo como medio de elaboración de lo socio-histórico”. Me felicito por leer esto. Es como debe comprenderse la “elaboración de lo socio-histórico”, y sigo con lo anterior, dándole una vuelta más. Ustedes hablan de elaboración colectiva, lo cual subjetivamente es muy importante, porque significa situar correctamente la discusión respecto de la relación individuo-colectivo. Debemos darle mucha importancia a esto. El capitalismo, cada vez más, exalta el individualismo. A su vez, tal individualismo es la negación del individuo como sujeto consciente. Pero además, no existe individuo sin colectivo, es decir primero es el colectivo, la comunidad, el pueblo, la humanidad… Sin ese todo es imposible identificarnos como individuos/as. Es decir, ese todo es el punto de partida para tal identificación. Y en el trabajo colectivo, más aún en la elaboración colectiva, está ese “anudarse” que es algo más que la “suma de individuos”, en todo caso diría que es una suma vectorial, con todo lo que contiene un vector, una suma que arroja una resultante compartida, no porque se diga “estoy de acuerdo”, sino compartida en su creación misma.


5.- Por último, creo que en la valoración de lo colectivo debe incluirse también la “decisión colectiva” que moviliza a nuestra gente. Así como esa elaboración colectiva “anuda corajes” –hermosas palabras– la decisión colectiva es el resultado de una acumulación de fuerzas, expresa el crecimiento de una subjetividad compartida, es fuerte y es real, es una decisión que puede moverlo todo. Tal vez en esto sea necesario profundizar más la discusión, sobre todo en cuanto a si esa decisión es también inducida y no siempre positivamente.


Felicitaciones por el trabajo. Reciban estas ligeras digresiones de alguien que las respeta y aprecia.


Manuel Martínez

31.05.16


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