¿"MEDIOS" DE COMUNICACIÓN O ENUNCIADORES? El lugar de los medios de comunicación en la con
- Claudia Noelia Cañizarez
- 29 ago 2016
- 5 Min. de lectura
¿Hasta cuándo va a durar este amor a la televisión?
Pensás que estas mirando pero creo que te ven a vos.
(Relaciones peligrosas – Cadena Perpetua)
En el marco de la Lectura de la Realidad Comunitaria, es que, adentrándome en el recorrido por el área de responsabilidad del Centro de Salud N° 51, de zona sur de la Ciudad de Salta, es que me aproximo a algunas preguntas, percepciones y problematizaciones sobre lo que me fui encontrando en el día a día de mi transitar por los barrios, en el encuentro con otros, niños y niñas, jóvenes, adultos y adultas, referentes, vecinos y vecinas, en el centro de salud y el resto de las instituciones, con la intención de pensar esta lectura de un contexto y un momento particular a fines de aportar a la construcción de mi rol como Residente de Psicología Comunitaria en un Primer Nivel de Atención en Salud Pública.
Una de las líneas de análisis que considero interesante compartir, trata sobre los medios de comunicación, de su lugar en la construcción, transmisión y reproducción de estigmas, y cómo ello influye en las representaciones que se tiene de un barrio, sector o grupo de personas, como así también en cómo cada persona se ve y se presenta ante otro, en las producciones de subjetividad.
En el constante devenir, escuchamos, miramos, somos mirados y escuchados. Esto influye y atraviesa nuestros encuentros, nuestras conductas, nuestras percepciones y relaciones y encuentro con otros y otras.
Al conocer o recorrer la ciudad nos encontramos con ciertas zonas o sectores estigmatizados. Esto puede dar lugar a preguntarnos ¿Qué es un estigma? ¿Cómo y para qué se construye un estigma?, ¿Cómo y quiénes lo reproducen?
Goffman (2006) relaciona el estigma con atributos indeseables, y no quedándose en esa descripción va más allá, considerando a aquellos que son profundamente desacreditadores, incongruentes con el estereotipo de cómo debe ser determinada especie de individuos. A esto le agrega que se trata de un lenguaje de relaciones, es decir entra en juego lo que se espera de ellos, y lo que se valora como bueno o normal, para según esta consideración, estigmatizar a un poseedor de estos atributos para confirmar la normalidad del otro.
Los medios de comunicación juegan en la reproducción del estigma un papel muy importante. La televisión, los diarios, las radios, han ido gradualmente instalando y reproduciendo estos atributos desacreditadores sobre esta población, haciendo hincapié en los jóvenes:
“Limache es un lugar tranquilo, vive gente de diferentes clases, no es como dice todo el mundo que es muy problemático, lo que vemos nosotros es que a Limache lo hizo mucho la prensa,(…) en realidad en Salta Capital en todos lados hay conflicto y Limache es uno más, en Limache hay gente buena, hay gente mala, no todos son iguales, hay laburantes, es un barrio como cualquiera, pero que se le hizo mucha prensa, por lo que venía pasando años atrás y quedó eso marcado, esas imágenes, que salió en ese programa de “Policías en Acción” (Referente)
“Con lo de “Policías en Acción” quedó marcado Limache” (Vecina)


De esta manera, siguiendo con lo que Goffman plantea sobre el estigma, mencionando que
“Un individuo que podía haber sido fácilmente aceptado en un intercambio social corriente posee un rasgo que puede imponerse por la fuerza a nuestra atención y que nos lleva a alejarnos de él cuando lo encontramos, anulando el llamado que nos hacen sus restantes atributos.” (2006:15)
Considero que lo que puede suceder con los atributos de un individuo, en este caso puede ser llevado algo más amplio como la concepción del barrio.
De este modo, mediantes estas concepciones, la población comenzó a ser excluida, y caben aquí las preguntas: Excluidos ¿de qué?, Excluidos ¿Por quiénes?, Excluidos ¿Por qué?, Excluidos ¿Para qué?
Castel menciona que “En la mayoría de los casos “el excluido” es, de hecho, un desafiliado cuya trayectoria está hecha de una serie de desconexiones respecto a estados de equilibrio anteriores más o menos estables, o inestables.” (2004:24)
Haciendo alusión a que estas cuestiones expresan por lo general otras razones de fondo, podría decirse que, se trata de excluidos muchas veces por los mismos vecinos, quienes no se identifican con sus conductas y no quieren “eso” para sus hijos. Excluidos de un “deber ser” esperado con el que no pudieron cumplir, como por ejemplo estudiar o trabajar (que pueden ser considerados estados de equilibrio). Excluidos de un sistema hegemónico que exige que para estar en él hay que cumplir con ciertas pautas, ser productivo una de ellas, y esta población, más específicamente los jóvenes que no trabajan ni estudian y consumen sustancias o cometen delitos se encuentran por fuera.
Sin embargo, como menciona Castel “En una sociedad no hay nunca, propiamente hablando, situaciones fuera de lo social” (2004:25), es que podría inferirse que estos “excluidos” están muchas veces incluidos en otros sistemas productivos, como por ejemplo en el de la compra, venta y consumo de drogas.
Esto puede referirse a desigualdades y oportunidades a las que acceden algunos y no otros. Y cómo esto influye en las subjetividades y la construcción de identidades.
“Acá a los 18 años ya sos grande, y después ya los ves a los chicos ingresando en la droga, se ven obligados por la falta de algo en la familia.” (Referente)
En este punto se puede reflexionar sobre el estigma (un destino final y obligatorio) que los medios de comunicación instalan y reproducen, coincidiendo con Reguillo que plantea:
Cuando las instituciones políticas han caído en el descrédito y deslegitimación, cuando la autoridad se muestra incapaz de dar respuestas eficientes a los problemas de las comunidades, cuando la sociedad no encuentra cauces de participación, es fácil que los medios dejen de ser precisamente eso, "medios", y se conviertan en enunciadores, en actores de peso completo que se erigen en jueces, en árbitros, cuyas construcciones del acontecer tienen efectos reales sobre la socialidad contemporánea. (3)
Resulta interesante este pasaje desde ser “medios” a “enunciadores”, a través del cual, pasan a tener el lugar de un objeto de consumo más entre los que presenta el sistema capitalista, que en ocasiones se consumen sin cuestionar y que transmiten representaciones que luego condicionan las relaciones interpersonales, dentro del mismo barrio y con otros barrios, con el “afuera”.
El peligro de este periodismo de fuentes oficiales es que se arraiga fácilmente en la mentalidad ciudadana, ya que se asume como un hecho no problematizable que "verdad" e información periodística son una misma cosa, especialmente cuando el medio goza de credibilidad. (Reguillo, S/F:2)
La pregunta aquí sería si existiría una posibilidad de problematizar estas enunciaciones, que vayan más allá del polo opuesto y de mostrar lo bueno en contrapartida de lo malo, sino que se pueda cuestionar sobre el poder que los medios tienen sobre nuestras representaciones, sobre nuestras ideas y opiniones sobre otros. Dentro de estas ideas que se reproducen podríamos tener en cuenta cuáles son, por un lado los que siguen el discurso estigmatizante del barrio y por otro lado aquellos que transmiten las acciones “positivas” que realiza el gobierno mediante políticas públicas para ocuparse de ciertas problemáticas (que son publicadas por medios oficiales gubernamentales).
Es decir, la relevancia de considerar quién transmite, qué transmite, a quién se dirige y cómo configura eso que transmite o elige no transmitir.

http://www.prensa-salta.gov.ar/2015/12/02/la-ciudad-de-salta-ya-cuenta-con-su-sexto-centro-integrador-comunitario/


http://www.eltribuno.info/secuestraron-71-pipas-limache-hay-un-hombre-detenido-n716451

http://www.eltribuno.info/detienen-una-pareja-barrio-limache-multiples-robos-n667169

http://www.eltribuno.info/limache-un-barrio-que-pide-mayor-seguridad-n510685
Dar lugar a esta mirada crítica podría ser un espacio potente para problematizar con los vecinos de los barrios del área sobre la estigmatización de algunos sectores o poblaciones y ver qué papel juegan los medios de comunicación en la construcción y transmisión de la misma. Ya que si bien, existen discursos que circulan sobre la imagen del barrio, los vecinos lo viven de maneras particulares, relatan experiencias y explican cómo ha ido fluctuando para ellos la dinámica del barrio en estos últimos 10 años.
“No sale todo lo bueno que hacemos” (Referente)
“El objetivo sería cambiarle la cara al barrio, revertir la situación, cambiar la imagen del barrio,
buscar una identidad positiva”. (Referente)
Bibliografía
Castel, R. (2004) Las trampas de la exclusión: trabajo y utilidad social. 1° Ed. Buenos Aires: Topía.
Goffman, E. (2006) Estigma: La identidad deteriorada. 1° Ed. 10°Reimp. Buenos Aires: Amorrortu.
Reguillo, R. (S/F) Jóvenes: La construcción del enemigo. Extraído de: http://perio.unlp.edu.ar/catedras/system/files/rossana_reguillo_-_jovenes_-_la_construccion_del_enemigo.doc
Comentarios