Vivencias durante el caminar
- Diego Balestrini
- 12 sept 2016
- 9 Min. de lectura

En este artículo se podrá visualizar un transitar, un caminar, un escuchar, un conocer, comprender, analizar y no menos importante: SENTIR al/los otro/s, que me brindaron parte de su tiempo y me acercaron sus experiencias, sus conocimientos, sus anécdotas, sobre lo que sienten, sobre lo que los rodean, sobre sus barrios, vecinos, instituciones, con otras palabras, me refiero a este vivenciarnos caminando.
Es abrir un momento para conocer y para darnos a conocer, ya no solo como sujeto individual, con tal o cual profesión, sino también, siendo parte de una Institución de salud, a la comunidad en la cual esta erigida.
Para contextualizar un poco, esta “mirada” se llevó a cabo en un barrio de zona oeste de Salta capital, donde, desde el área de responsabilidad de la institución de salud en la que estoy trabajando, uno se puede encontrar con barrios con diferentes fechas de asentamiento, de algunos que datan, por ejemplo, de hace unos 45 años, los mas antiguos, a otros que son más nuevos y se formaron hace unos 6 años aproximadamente. Lugares donde, también desde como Residente, varios conceptos me encontraron y atravesaron este “caminar” por los barrios, como ser: Comunidad, Territorio, Autoridad, Poder, Recursos.
Con respecto a COMUNIDAD, empecé a visualizar que el clásico concepto de Maritza Montero no se acercaba ni en lo más mínimo a lo que me relataban los vecinos, este: “grupo en constante transformación y evolución (que) genera un sentido de pertenencia e identidad, tomando sus integrantes conciencia de sí como grupo, y fortaleciéndose como unidad y potencialidad social” (2004: p.207-208) se me escapaba de las manos cuando la “comunidad” me comentaba:
“La gente de Asunción es muy desunida” (Vecina del barrio de Vº Asunción)
“(A los vecinos) No les gusta colaborar” (Vecino del barrio de Vº Asunción)
“(La comunidad) Cuando uno pide colaboración no son de colaborar mucho, y trabajar voluntariamente no les parece” (Vecina del barrio El Cambio)
“Aquí no hay comunidad, solo hay peles” (Niño de 11 años de Villa Asunción)
La desunión, la falta de colaboración, el conflicto, dejan un poco agrietada la palabra “comunidad”. La transformación y evolución al que hace referencia el concepto se invisibiliza, y la potencialidad que podría generar la unión y el “encuentro” se quiebra. Y aquí uno puede enredarse en un concepto ideal de comunidad, o una imagen pasada del barrio, una fotografía en color sepia de lo que era la comunidad, quedando ahora en una versión estancada y poco luminosa, con sus conflictos y sus divisiones:
“La gente es muy desunida y no le interesa nada del otro, muy politizada, yo no los veo como una comunidad, en las que se unen, y van y trabajan, hacen todo junto para que el barrio crezca, a ellos no les interesa nada, si el barrio crece o si no, no les importa…” (Entrevista a referente de Villa Asunción)
Y los niños también remarcan esta diferencia, entre un antes y un después:
“Antes era tranquilo, todos los vecinos se ayudaban entre ellos y ellas y nunca había peleas” “Ahora es distinto de lo que era antes ahora hay peleas y discusiones entre los mayores y los menores, “Se agarran a pedradas, “Las casas están todas rotas” (Niños y niñas de 11 años de Villa Asunción)
Aquí también me pregunto ¿el proceso, hace también al concepto de “comunidad”? Pienso que si, este devenir, ir y venir entre movimientos visibles, y lo que pareciera ser, este “no avanzar”, podría estar llevando la huella característica de esta zona, todavía no muy clara, pero si profunda de la dinámica barrial.
Los vecinos relataban este “estancamiento”, categoría que he resaltado y armado, de lo escuchado y sentido, dando lugar a otro cuestionamiento: ¿es acaso un estancamiento en la imagen de la Villa del pasado?
El otro concepto que me interrogo en mi caminar fue TERRITORIO, no solo debido que era yo recorriéndolo, sino también era este mostrándome las relaciones sociales dentro de él.
Podemos comenzar con una pequeña definición:
“En general, el hablar de “territorios” hace surgir dos asociaciones. La primera tiene que ver con el territorio en términos espaciales, el territorio como una geografía, con sus características específicas, sus reglas internas y sus límites. La segunda asociación – correlato de la primera- nos lleva al territorio como espacio habitado, como lugar donde se desarrollan relaciones sociales.” (Arias Ana, 2013: p1-2)
Esta definición me ayudo a tener en cuenta las diferentes significaciones espaciales que se generaban dentro del territorio, y me permitió hacer algunas reflexiones.
Los barrios están divididos y existen zonas donde el territorio está “sectorizado” por la presencia de grupos con sus reglas:



División que llega a organizarse bajo ciertas normas, como ser:

“De acá ustedes no pasan.”
“Si lo hacen, los patoteamos.”
“Vos no te podes juntar con nadie de nuestro grupo, y nadie de nuestro grupo se puede juntar con ninguno de ustedes.”
“Si vos venís y atacas, nosotros vamos y te lo devolvemos el doble.”
Lógicas que se visualizan de las vivencias de los vecinos que viven y conviven con esta división territorial. División observada por los más jóvenes, adolescentes y adultos, vecinos que conocen esta dialéctica interbarrial, porque no es solo dentro de un mismo barrio, sino también entre otros barrios.
Lógicas que dificultan muchas veces el transitar de los vecinos del barrio y también de los jóvenes que pertenecen a “los otros” (grupos), como algo anecdótico, podría traer una experiencia: después de las seis de la tarde, de regreso y después de reunirnos (Trabajadora Social, alumnos de la misma carrera) con una referente de la Villa, un grupo de jóvenes, que jugaban a la pelota en medio de la calle, y por la cual teníamos que atravesar para ir al Centro de Salud, comenzaron a lanzar improperios e injurias hacia nosotros que pasábamos, nosotros tratábamos de seguir charlando y planificando las actividades, sin dar mucha importancia a lo que estaba sucediendo, hasta que empezaron las pedradas, una rozo mi pierna, por suerte las demás “nos evitaron”, por lo que tuvimos que avanzar más rápido; aunque movilizado pude sentir en carne propia la vivencia de este tipo de violencias en el barrio. Continuando con lo expuesto la situación se complica más cuando en un territorio existen Instituciones, que por el hecho de estar en una zona determinada, y siguiendo estas lógicas, le “pertenecen”, por ejemplo, a “Los Anónimos”, por estar en su área. Podemos hablar así del Centro de Salud, y de la Escuela Primaria que se encuentra por la zona a la que nos referimos:
“Todo es negativo en el barrio, no hay nada positivo” (Niña de 11 años de Villa Asunción)
Trabajando con los niños de 11 años de la Escuela y haciendo una cartografía, se visualizaba que había muchas marcas negativas, iconos que representaban peligro y precaución, y pienso ahora que de lo que se trata, quizás, es de encontrar grietas dentro de esta negatividad que enceguece, pues, ¿cuál es el motor subjetivante con los que crecerán los niños y niñas si solo ven símbolos de peligro en el mapa?
¿Podría ser que en este caso, lo negativo invisibiliza los aspectos positivos que actúan en el territorio? O esto podría estar manifestando que hay espacios para los adultos, pero no para los niños.
Para ir hilando las ideas y vivencias, dos conceptos, interesantes, por su ausencia y/o por su abuso, como vamos viendo, son: PODER Y AUTORIDAD. Se ira reflexionando de a poco en lo que sigue, primero me gustaría traer a colación una breve definición:
“(…) los espacios están llenos de poder y son un producto de las relaciones sociales, hacemos el espacio todo el tiempo. Pero el poder es siempre un producto relacional, no se trata de que yo tengo poder y usted no, se trata del ejercicio del poder entre personas, entre cosas, entre lugares. El concepto de geometría del poder intenta captar estas cuestiones. El espacio está siempre hecho de las relaciones sociales llenas de poder (…).” (Massey, 2012: p. 4)
Lugares de poder y construcciones de sentido
La inseguridad es un tema frecuente en la Villa, y los enfrentamientos grupales están a la orden del día.
Por dónde serpentean estos términos, donde se erigen y dónde se pierden. Transitando cuestioné tres lugares, tres instituciones y/o funciones: el Secundario nocturno, que se ubica en la Villa, como anexo, en la Escuela Primaria, la Comisaria, y el puesto de presidente barrial de la Villa.
De la Secundaria del turno noche se manifestaba:
“Se quiere cerrar la Escuela debido a que los docentes no podían dar clases en esas condiciones, y también por temor (a los conflictos territoriales)” (Miembro de la Red Interinstitucional de Villa Asunción/Operadora Comunitaria)
Los que proponían esto, eran los directivos de la Escuela, tanto de la mañana como de la noche. La medida se canceló, pero se optó por “contener” a los alumnos en un área de la Institución, cerrando una parte:
“Albergar a los chicos en un sector para su contención, porque después se iban y se escapaban” (Director de la Escuela “Nuestra Señora de la Asunción”)
Y me preguntaba ¿Cuál es la política que se está dando en la escuela y desde el Estado? ¿Cuál es la lógica que domina hoy en día?
Trayendo a colación los artículos 4, 8 y 11 inciso e, de la Ley 26.206 de Educación Nacional, resalte las siguientes partes: proveer una educación integral, permanente y de calidad para todos/as los/as habitantes de la nación, garantizando la igualdad, gratuidad y equidad; promover en cada educando/a la capacidad de definir su proyecto de vida; garantizar la inclusión educativa a través de políticas universales y de estrategias pedagógicas y de asignación de recursos que otorguen prioridad a los sectores más desfavorecidos de la sociedad.
Entonces, después de ver estas leyes y lo que es una política educativa, ¿De qué se habla cuando se dice “contención”? ¿La Institución Educación se convierte en un lugar para vigilar/controlar y castigar? ¿Cuál es el tipo de “contención” que se instituye juntándolos a todos/as en una parte?:
“Se responsabiliza a los chicos y nunca al personal” (Miembro de la Red Interinstitucional de Villa Asunción/Referente del Coro del Bicentenario)
Podría decirse que desde una posición que se ha tomado, desde los directivos de la Escuela, tanto de la mañana como de la tarde/noche, la manera de esgrimir la autoridad es desde un aspecto autoritario, válgame la redundancia, “vigilando” a los sujetos.
Desde la Red se propuso realizar una nota para que los directivos comunicaran y fundamentaran la decisión y así poder establecer un espacio de dialogo para luego poder trabajar en conjunto:
“Entregue la nota, todo mal, deci que estaba “X” conmigo, ahí nomás se puso a decir (Directivo del turno tarde/noche) que va a continuar con su decisión, y que con eso se logró lo que nunca antes se lograba, que era el control de los chicos, que en la Red hay gente en contra de ella, y que son ocho chicos nada más (los que están teniendo clases afuera, en un aula improvisada). Nos va a contestar por escrito dijo, pero desde ya que niega todo y que va a continuar con los chicos ahí.” (Miembro de la Red Interinstitucional)
Con lo que vamos analizando, podríamos preguntarnos ¿Cómo se manifiesta la autoridad en la Villa y la cuestión del poder? Trayendo a colación a otro actor, como se mencionó más arriba, tenemos a la Comisaria, o a la Policia del lugar, y solo basta decir que su función (poner límites, proteger, mantener el orden) decae:
“Es el gobierno sin gobierno este (…) a ustedes (policía) les han quitado todo” (Miembro de la Red Interinstitucional de Villa Asunción/Vicedirectora de la Escuela “Nuestra Señora de la Asunción)
“A la policía la sacaron a pedradas y ya no sabemos si la policía ira a entrar acá o no.” (Referente del Barrio Santa Rita)
Nos encontramos entonces con lugares de poder que habilitan, y limitan, que unen o desunen, dividen y/o sectorizan.
Y por último tenemos a la función del presidente barrial de Villa Asunción, espacio que estuvo desocupado por mucho tiempo, o no se sabe si el presidente anterior sigue estando, o siquiera cumple alguna función. Este tipo de relatos presentan una figura confusa, mítica, casi fantasmal de este lugar de significados:
“El presidente no está nunca, no sabemos ni quién es, ni qué hace (...) por lo menos cuando estaba “X”, mentía, pero estaba” (Entrevista a adulto mayor de Villa Asunción)
“Estamos en un momento en que ni sabemos quién es el presidente, ni nada” (Entrevista a adulto mayor de Villa Asunción)
Esto me lleva a preguntarme ¿qué imágenes de autoridad existe en este barrio? ¿Quiénes ejercen ahora los límites en el área? ¿Existen esos límites? ¿Qué pasa con los afectados por estos encuentros?
Con las preguntas que fueron surgiendo, y sin responderlas, aun, pretendo producir grietas en este “transitar” para seguir profundizando y así poder intervenir en conjunto, con la Institución Salud, la Institución Educativa y la Institución encargada de la Seguridad, aprovechando que desde la Residencia de Psicología Comunitaria de Salta se crean “dispositivos para…” como dice, Belén Scigalzky, una estudiante avanzada de filosofía que guía un espacio de formación en la “Resi”: CONSPIRAR/CO-INSPIRAR, refiriéndose (esto con mis palabras ya que las suyas habían sido más lindas, profundas e inspiradoras), al trabajo en conjunto, al pensar en conjunto, a ayudarnos en equipo, a brindarnos espacios de reflexión para alumbrarnos el camino por los barrios, en las realidades complejas que se atraviesan allí, en fin, a recorrer juntos humanos como humanos la humanidad desafiada.
Bibliografía
Arias, A. (2013). “Lo territorial en el territorio de la Argentina. Connotaciones históricas, políticas y culturales de lo social de los territorios”. Revista margen. Número 71.
Massey, D. (2012). “Los espacios están llenos de poder, son un producto de las relaciones sociales”. Recuperado de http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-206595-2012-10-29.html
Montero, M. (2004). “Introducción a la Psicología Comunitaria: Desarrollo, conceptos y procesos”. Bs. As: PAIDÓS.
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