Repensando la Interculturalidad: una experiencia con Pueblos Originarios en Salta
- Lic. Florencia Arri, Psic. Gisela Coletti
- 21 mar 2017
- 10 Min. de lectura

La Residencia de Psicología Comunitaria cuenta desde 2015 con un espacio de formación en Interculturalidad, entendiendo que la misma es un elemento central y transversal de la salud y la Atención Primaria de la Salud (en adelante APS), por lo cual se hace necesario profundizar en su fortalecimiento. Dicho espacio se lleva a cabo durante el primer año de formación y está coordinado por un equipo docente en articulación con el Programa de Relaciones Interculturales dependiente de la Dirección de APS del Ministerio de Salud Pública. Como parte del mismo, realizamos entrevistas a referentes de instituciones vinculadas a Pueblos Originarios y a trabajadorxs de la salud, compartimos contenido teórico, material audiovisual, recortes periodísticos, como disparadores a espacios de debate y reflexiones en relación a la temática.
En este sentido, el presente escrito busca dar cuenta de una experiencia de trabajo realizada durante 2016 en el “Albergue” del Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Salta (en adelante IPPIS), ubicado en la ciudad Capital, destinado a recibir a personas de Pueblos Originarios que deben asistir por temas de salud y/o trámites relacionados al acceso a diversos derechos de sus comunidades.
Una aproximación sobre los Pueblos Originarios
En nuestro país, actualmente existen 39 pueblos naciones originarias. En relación a ello, se establece en la Constitución Nacional Argentina (1994) en el artículo 75 Inc. 17:
Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos.
Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería Jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones (p. 134).
Posterior a esto, en 1998 se reforma la Constitución de la Provincia de Salta y en el artículo 15 se “(...) reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas que residen en el territorio de Salta (...)” (Constitución de la Provincia de Salta, 1998, p. 3). Se trata de una de las provincias con mayor cantidad de habitantes pertenecientes a pueblos naciones originarias, 14 en total, entre ellos kollas, diaguitas, wichí, guaraníes, chorotes, chulupíes y tobas (ENOTPO, s.f). Sin embargo, desde el Estado provincial se reconocen sólo 9, mencionadas como etnias.
Es importante resaltar que la provincia de Salta cuenta con el primer Ministerio de Asuntos Indígenas y Desarrollo Comunitario del país, creado en diciembre de 2015 a partir de la formulación del Decreto N° 18/15. Además, en 2014 se promulgó la Ley Nº 7856 que plantea la creación de una “Red de Apoyo Sanitario, Intercultural e Interinstitucional para Pueblos Originarios”. La presente Ley dicta como Autoridad de Aplicación al Ministerio de Salud Pública de la Provincia, pero al día de la fecha no está reglamentada. La potencialidad de este proyecto es que fue construido por personas que trabajan con Pueblos Originarios e integrantes de diferentes pueblos naciones de la provincia.
En el año 2001 se promulgó la Ley nº 7121 de “Desarrollo de los Pueblos Indígenas de Salta”, que en el capítulo II propone la creación del IPPIS, organismo autónomo que fue normalizado en el año 2008 (Gobierno de la Provincia de Salta, 2015), conformado por vocales que representan a cada etnia, entre los que se designa un Presidente mediante un sistema de elecciones que se realiza cada dos años. Su objetivo principal tiene que ver con hacer cumplir esta ley y representar a los Pueblos Originarios de la provincia en todo acto que se realice en beneficio de los mismos. Algunas de las funciones principales que se llevan a cabo en la actualidad son: administrar y gestionar los fondos que recibe y realizar articulaciones con otras instituciones, tanto de salud como con el Ministerio de Asuntos Indígenas; gestionar pasajes para quienes necesitan venir a la Capital por cuestiones de salud o trámites para las comunidades; coordinar y administrar un Albergue donde se brinda estadía y comida a lxs hermanxs[1] de Pueblos Originarios en la Capital (comunicaciones personales con referentes, julio de 2016).
Reflexiones sobre la experiencia: Relevancia de la existencia del Albergue como política pública
Desde sus inicios, el IPPIS se planteó como uno de sus objetivos primordiales dar alojamiento a personas de Pueblos Originarios que llegan a la ciudad capital por cuestiones de salud y/o diversos trámites administrativos que tengan que realizar. Esta decisión se tomó a partir de conocer la complejidad que implica la permanencia en capital, tanto por cuestiones económicas como por las dificultades que ocasiona no conocer el idioma y no poder orientarse en la ciudad.

En un principio, el IPPIS solventaba esa necesidad brindando “vales” de comida para el almuerzo y sosteniendo el contacto con un hotel que reservaba las habitaciones requeridas. Así, se cubría la estadía de la persona que lo necesitaba junto con un acompañante. Con el tiempo fueron notando que era mucho el dinero que se requería para financiar la estadía en el hotel, además de resultar complicado el registro de las entradas y salidas, la renovación de los vales en caso de que tengan que quedarse más días, sumado a que durante el día no tenían un lugar donde permanecer y solían pasar mucho tiempo en la calle.
A partir de esto, lxs integrantes del área social del IPPIS propusieron alquilar y acondicionar una casa para que funcione como Albergue. Desde junio del 2015 se inaugura esta modalidad, cumpliendo con las mismas funciones del hotel en cuanto a ofrecer comida y alojamiento, pero con notables diferencias cualitativas que asimismo hacen a otras funciones que cumple actualmente el Albergue.
Esto se pudo evidenciar en varias oportunidades, en las que conversando con las personas sobre su paso por el Albergue, reconocían lo positivo de contar con ese espacio, en el que se encuentran con otrxs hermanxs que están en situaciones similares, con quienes se conocen, se acompañan, intercambian información y recursos, generando mayor bienestar a su estadía en la ciudad. Algunas expresiones que dan cuenta de ésto son “todos nos respetamos y nos llevamos bien”, “es un lugar hermoso”, “tener el Albergue es importante porque vienen de todas las comunidades y para el cuidado nuestro por no tener respuestas de nuestros lugares (...) es una responsabilidad del Estado”. También destacan la importancia del lugar como espacio físico donde poder descansar y comer, prepararse un mate, lavarse ropa (comentarios de usuarixs, registro de cuaderno de campo, 2016).
Pudimos notar así que, si bien en el Albergue se cumplen las funciones básicas de alimentación y estadía como cuando existía el hotel, en este lugar se habilitan otras relaciones, visualizadas en los espacios de encuentros que favorecen el compartir mates, charlas, comidas, juegos de mesa, programas de televisión, entre otros. Teniendo en cuenta que la mayoría de las personas están atravesando situaciones delicadas de salud que generan angustia, consideramos de suma importancia que existan este tipo de lugares disponibles para el encuentro ya que se percibe que estos compartires facilitan la estadía: “para mí es muy importante poder compartir, se trata de decir lo que uno siente, lo que uno piensa, (...)te ayuda a formarte, tenés otra visión, la crítica te ayuda a reflexionar, compartir me ayuda, me voy nutriendo de lo que otros van aportando (...)” (comentario de usuarix, registros del cuaderno de campo, 2016).
También consideramos que la posibilidad que tienen de realizar dentro del Albergue algunas de las cosas que hacen en su vida cotidiana, propicia sentirse “como en casa”. En este sentido comentan sentirse más cómodxs, les parece un lugar más familiar que el anterior sistema del hotel: “Antes era complicado este sistema, porque cuando te alojabas en el hotel tenías que irte para ahí a almorzar y el horario era hasta las dos. Quedaba a trasmano de donde te encontrabas y sumado a que tenías que esperar a que te den una orden para la comida”; “ahora estando el Albergue en esta casa, todo nos queda más cerca y no se manejan con los horarios de oficina o los del hotel como era antes para ingresar o retirarse. Yo antes andaba deambulando con los bolsos para hacer tiempo”; “es muy lindo este lugar, nos sentimos cómodos acá”; “estoy contento porque acá es como estar en casa, tranquilo, cómodo (…)” (comentarios de usuarixs, registros del cuaderno de campo, 2016).
Asimismo registramos que rescatan en reiteradas oportunidades la importancia del rol que cumplen las coordinadoras[2]: “Además este Albergue es de gran ayuda porque te da contención en los momentos más difíciles que pasamos, (...) [las coordinadoras] están al pendiente preguntándote qué tal nos fue y esas cosas”; “el Albergue funciona gracias a las chicas”; “quiero agradecerle a la gente que trabaja aquí (…)” (comentarios de usuarixs, registros del cuaderno de campo, 2016).

En relación a esto, consideramos importante como equipo destacar este rol, ya que en nuestro paso por el Albergue hemos observado que no sólo realizan tareas administrativas, sino que se interesan por la salud integral[3] de lxs hermanxs que están allí, buscando contenerlxs en momentos críticos, pensando y promoviendo actividades colectivas de distracción y entretenimiento, estando disponibles para consultas diversas y buscando estrategias para resolver múltiples situaciones que se presentan en la cotidianeidad, articulando con otros recursos (humanos, profesionales, institucionales) existentes. En algunos registros de trabajo conjunto, ellas expresaron: “Nosotras somos las que escuchamos (...), no somos las encargadas administrativas nomás, cumplimos todo el tiempo otras funciones que por ahí no se ven (...)” (comentarios de las coordinadoras, registros del cuaderno de campo, 2016). Cabe resaltar la importancia de la empatía y disponibilidad por parte de ellas en relación a las necesidades de las personas que allí se alojan.
Para seguir pensando…

Este trabajo nos generó algunas reflexiones y/o preguntas que buscan abrir sentidos y seguir pensando la interculturalidad en la complejidad de nuestras prácticas. A partir de nuestra experiencia en el Albergue y del intercambio de conversaciones con las personas que allí se alojan, pudimos conocer algo de las realidades que se viven en el interior de la provincia en relación a vulneraciones en múltiples aspectos[4], así como diversos recorridos en los procesos de salud/enfermedad/atención.
Cabe aclarar que el Sistema de Salud provincial está organizado desde una red de complejidad creciente en base a un sistema de referencia y contrarreferencia. Teniendo en cuenta esto, pudimos reconocer que por diferentes motivos las personas de Pueblos Originarios que viven en el interior deben trasladarse a la capital para ser atendidas por cuestiones de salud que no pueden resolver en sus lugares de origen, debido a múltiples factores, como ser: la articulación del sistema sanitario funciona de manera deficiente; falta de recursos humanos y de diversa índole en los servicios de salud del interior provincial; derivaciones luego de tratamientos que no dieron los resultados esperados; casos que requieren un mayor nivel de complejidad; también en ocasiones en que se han atravesado malas experiencias previas en los lugares de origen, las personas deciden buscar respuestas de atención en la capital; incluso por elecciones en cuanto a buenas experiencias en instituciones de la capital (registro de cuaderno de campo, 2016). En todos los casos mencionados el Albergue cumple la función de brindar alojamiento, alimento y otros servicios básicos por el tiempo que resulte necesario.
En un contexto de múltiples violaciones a Derechos de Pueblos Originarios, nos permitimos expresar la importancia que tiene contar con un Albergue como este en búsqueda de la efectivización de Derechos y de Accesibilidad a una Salud Integral. Esto no sin reflexionar críticamente sobre aquellos “puntos flojos” del mismo en cuanto al espacio físico que resulta chico cuando está lleno (hay sólo dos baños, pocas habitaciones), la falta de adecuación de la infraestructura según las necesidades de salud (rampas, habitaciones diferenciadas en casos necesarios, baños adaptados). Empero, consideramos que esto forma parte de una decisión política con miras al cumplimiento de Derechos Multiculturales[5] que requeriría de respuestas e inversiones de recursos óptimos por parte del Estado, así como la efectiva reglamentación de la ley Nº 7856 que plantea garantizar albergues de tránsito dentro del ejido hospitalario y proveer facilitadores interculturales bilingües en los hospitales. En este sentido nos preguntamos el porqué de la no reglamentación de esta ley provincial a casi dos años de su sanción ya que entendemos que su efectivo cumplimiento aportaría al acceso a la salud integral como derecho de toda la población de modo respetuoso y con equidad.
Resaltamos que esta ley plantea como necesario que en los albergues institucionales se realice un acompañamiento integral del paciente y sus acompañantes. En relación a esto, consideramos que en muchos casos las coordinadoras del Albergue cumplen un rol de contención y gestión que va más allá de su función administrativa. De esta manera pensamos que es sumamente importante contar con un equipo de trabajo que pueda abordar la complejidad que requiere un acompañamiento integral y que complemente la tarea que realizan las coordinadoras.
En este sentido, en los intercambios generados con lxs usuarixs comentaron que resultaba dificultoso tolerar los momentos de espera antes de un turno, una visita o la realización de un trámite. Puntualmente el horario que resulta más complicado de atravesar es el de la siesta y en relación a esto surgieron algunas propuestas: hacer actividades o talleres de artesanías, manualidades, tejido, fútbol, salidas, juegos. Teniendo en cuenta estas necesidades es que resulta evidente la importancia de contar con un equipo de trabajo integral y recursos para que se puedan concretar estas propuestas. También consideramos que sería relevante que puedan organizarse reuniones con los vocales de las distintas comunidades para propiciar intercambios con el objetivo de hacer más fluidas las relaciones.
Esta experiencia de trabajo nos ha permitido realizar un análisis crítico de la situación actual del Albergue y por ello nos parece necesario destacar la importancia de la existencia de este espacio como parte de una política pública que tiende a garantizar derechos y también reconocemos la necesidad de continuar trabajando en este sentido, para poder fortalecer el trabajo que allí se realiza desde una visión de salud integral.

NOTAS
[1] Se decide utilizar el término “hermanxs” a modo de visibilizar esta forma de referirse entre ellxs como miembros de Pueblos Originarios.
[2] Para la organización del Albergue del IPPIS se designaron dos empleadas encargadas de tareas administrativas. En el presente trabajo las nombramos como coordinadoras, ya que durante la experiencia hemos observado que no sólo cumplen tareas administrativas, sino que se interesan por la salud integral de los hermanxs que están allí, buscando contenerlos en momentos críticos, pensando y promoviendo actividades colectivas de distracción y entretenimiento, estando disponibles para consultas diversas y buscando estrategias para resolver múltiples situaciones que se presentan en la cotidianeidad.
[3] Entendemos por Salud Integral al proceso de interacción que se da entre la persona y los diversos factores que la constituyen como ser su entorno ambiental, cultural, social, político y económico.
[4] Aislamiento geográfico que se acentúa en época estival por intensas lluvias; dificultades para demostrar las propiedades de las tierras; desalojos; problemáticas de vivienda; complicaciones en el acceso a diferentes servicios; dificultad en los modos de subsistencia en relación al cambio ambiental de los lugares donde viven, entre otras.
[5] Teniendo en cuenta el enfoque de derechos desde una perspectiva crítica multicultural desarrollado por Torres (2016).
Referencias Bibliográficas
Argentina (1994) Constitución Nacional Argentina. Recuperado de http://bibliotecadigital.csjn.gov.ar/Constitucion-de-la-Nacion-Argentina-Publicacion-del-Bicent.pdf.
Cuadernos de campo. Residentes de primer año de Psicología Comunitaria. Año 2016.
Decreto n° 18/15, Boletín Oficial nº 19687, Salta, Argentina, 23 de diciembre de 2015.
ENOTPO (2015) Protocolo de Consulta Previa Libre e Informada a Pueblos Originarios. Recuperado de https://drive.google.com/file/d/0B7mfpufuTf3UWjdRQzdnZFpoc28/edit
Gobierno de la Provincia de Salta (2015) Asumieron las nuevas autoridades del IPPIS. Recuperado de http://www.salta.gov.ar/prensa/noticias/asumieron-las-nuevas-autoridades-del-ippis/36398
Ley Nº 7.121, Boletín Oficial n° 16.061, Salta, Argentina, 09 de enero de 2001.
Ley Nº 7.856, Boletín Oficial n° 19.446, Salta, Argentina, 15 de diciembre de 2014.
Salta (1998) Constitución de la Provincia de Salta. Recuperado de http://www.cmagistraturasalta.gov.ar/images/uploads/constitucion-provincial.pdf
Torres A. (2016) Reinvención de lo Comunitario: hacia una ciencia domiciliada en América Latina. Ed. El Ágora: Argentina.
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