“Análisis de limitaciones y condiciones en las intervenciones comunitarias con niñxs en un primer ni
- Autoras: Psi. Emilia F. Figueroa
- 27 mar 2017
- 10 Min. de lectura

Autor/a de la imagen: Golzman, Claudia
En el siguiente escrito nos proponemos poder analizar y vislumbrar, a partir de las sistematizaciones que ya venimos realizando en nuestro recorrido como residentes, cuáles fueron algunas de las condiciones que posibilitaron que nuestra experiencia de trabajo con niñxs en un primer nivel de atención pueda desarrollarse, enriquecerse y sostenerse en los respectivos centros de salud en los que venimos trabajando.
Si bien se trata de dos experiencias de trabajo en contextos y con personas particulares, en esta ocasión nos interesa rescatar aspectos que pueden ser leídos en común y complementarios que coadyuvaron a la construcción de estrategias de intervención comunitaria. Destacando que dichas estrategias fueron pensadas y llevadas a cabo con otrxs, con distintas modalidades de participación. Al momento de repensar con quiénes trabajar, nos fue posible articular acciones sostenidas en el tiempo, con participaciones puntuales y características similares entre ambos procesos de intervención.
Reflexiones en torno a la experiencia de trabajo con los servicios de Enfermería y Programa de APS
Desde nuestra llegada a los respectivos centros de salud, como parte del programa de la residencia, creemos que resulta necesario poder realizar una lectura de la dinámica institucional en la que nos insertamos. Esto se traduce en poder conocer a nuestrxs compañerxs, qué piensan, desde dónde construyen sus prácticas, qué obstáculos encuentran, cómo vivencian el trabajo, cómo perciben a las personas, a la comunidad etc. Son estos primeros acercamientos los que también nos permiten comenzar a relacionarnos con personas que sienten, piensan y hacen desde su historia personal, sus convicciones, su posicionamiento, su ideología, etc. Reconocemos que para nosotras estos primeros momentos fueron fundamentales en la construcción de lo que después tuvo lugar, transformándose en posibilitadores de trabajo con otrxs.

Así, desde nuestras experiencias realza el protagonismo de dos servicios que son parte de los equipos de los centros de salud y que contribuyeron de diferentes maneras, a pensar, construir, enriquecer y sostener nuestras intervenciones comunitarias con niñxs desde la estrategia de Atención Primaria de la Salud (APS): el Servicio de Enfermería y de APS de centros de salud de la zona este y norte de la capital salteña. Pese a que no estamos hablando de todxs los que forman parte de dichos servicios, nos parece importante resaltar la pertenencia a los mismos, ya que creemos que es un aspecto que influye en cómo cada uno va construyendo y armando la mirada desde la cual realiza su trabajo.
Sucedió que al adentrarnos en sus trabajos pudimos reconocer el inmenso conocimiento que tienen sobre la situación del área de responsabilidad, las lecturas que hacen al respecto, la cantidad de historias que conforman estas lecturas, acompañadas desde una mirada crítica de posibilidades de intervención, teniendo siempre en cuenta qué modalidad de trabajo es priorizada por cada servicio. Nos cuestionamos constantemente qué se prioriza e incluye en la sistematización del trabajo de este servicio, ya que en las planillas, lo numérico y asistencial, arrasa con las particularidades de cada caso, de cada barrio y de cada zona. ¿Hasta qué punto repercute en las instituciones de salud que este tipo de conocimiento no sea formalmente reconocido? Creemos que estos saberes operan en sus prácticas diarias y sus formas de entender la realidad, la salud, la enfermedad, las estrategias vigentes en cada familia, entre otras cosas. Le suma integralidad a su mirada el hecho de que sea una lectura situada.
En relación a los servicios de APS de nuestros centros de salud, recuperando primeras lecturas acerca del trabajo de agentes sanitarios, algunas de los aspectos que se destacaban estaban relacionados a la manera de acercarse a la gente, la calidad del vínculo que establecen con las personas de sus respectivos sectores, el conocimiento de los barrios y sus dinámicas. Dichos aspectos se traducen en un encuentro con el “proceso salud- enfermedad” del otrx, en situación, en su contexto en particular, sabiendo que aunque del mismo barrio, cada casa es un mundo y para intentar trabajar con ellxs, es necesario tenerlo en cuenta.
“Son un grupo de personas que tienen más comunicación con la comunidad. Como ellos van a las casas se pueden dar cuenta de muchas cosas más que nosotros acá. La precariedad del hogar, vienen y pueden informar” (Miembro del equipo de salud).
“Yo creo que sin APS no se podría funcionar, el Centro de Salud no podría funcionar (…) dentro de las tareas de primer nivel, si no existiera APS no podríamos funcionar (…) porque el agente sanitario es el que tiene la llegada a la familia, el que se entera de todos los quilombos, el que lo deriva, el que lo trae (…) yo creo que es el más importante en cuanto a terreno” (Miembro del equipo de salud).
El servicio de enfermería, por lo general es por el cual pasan todas las personas que asisten al centro de salud realizando controles prefijados. Por sus trayectorias en la institución y salud pública, las compañeras de enfermería poseen un amplio conocimiento sobre la realidad de la zona a partir de este contacto, a veces cotidiano, con cada paciente. Es muy frecuente que una persona que “pasa” por enfermería, se tome su tiempo para explicar el motivo por el cual está en el centro de salud, exprese su problemática, comparta parte de su día y establezca un contacto cercano con el personal que habilita estas conversaciones durante el tiempo de atención.
“Yo intento, aparte de medirlos y pesarlos, mientras paso acuario, darles pautas de alarma, alguna palabra, escuchar qué les pasa. No podemos salir a hacer trabajo comunitario, ya me resigné a eso, pero puedo poner esa mirada en cada persona, en cada oportunidad. Aprovechar la oportunidad del contacto que tenemos” (Miembro del servicio de enfermería).
A partir de compartir el trabajo cotidiano, no dejamos de cuestionarnos sobre ¿cuáles son las condiciones que posibilitan/posibilitarían que una compañera pueda participar activamente de un espacio de niñxs desde un CS teniendo múltiples conocimientos formalmente no reconocidos? esta pregunta nos dispara a pensar en el proceso de participaciones posibles de nuestras diferentes compañeras en cada uno de los servicios de salud, entendiendo que el sumarse a una actividad comunitaria puede representar un verdadero desafío para alguien que es evaluada constantemente desde su cantidad de pacientes/hs y/o casas visitadas por días. Las limitaciones para legitimar el trabajo comunitario son una constante. Aunque sabemos que dicho trabajo cobra sentido desde un primer nivel de atención, sin embargo muchas veces queda reducido a voluntarismo; esto se ve reflejado en que el mismo termine implicando una sobrecarga en el trabajo habitual o bien deba hacerse por fuera del horario laboral.
Importancia de intervenciones comunitarias con niñxs en un Primer Nivel de Atención
Como parte de las estrategias de trabajo que construimos, constituye un aspecto imprescindible pensar el sentido de lo que hacemos. Teniendo en cuenta esto consideramos que un elemento importante que fundamenta y enmarca las intervenciones comunitarias que llevamos adelante tiene que ver con los documentos y legislaciones vigentes. A nivel nacional, Salud Pública se rige por el Plan Federal de Salud (2004) donde se expresa la firme intención de trabajar bajo la estrategia de APS:
“Ponderamos, una vez más, la estrategia de atención primaria como organizador del sistema (…) es una estrategia que concibe integralmente los problemas de salud - enfermedad - atención de las personas y del conjunto social, a través de la integración de la asistencia, la prevención de enfermedades, la promoción de la salud y la rehabilitación” (pps. 19-20).

En coherencia con los lineamientos nacionales, el Plan Quinquenal de Salud (s.f) de la provincia de Salta “establece a la Estrategia de APS como el eje integrador de todas las acciones de Salud” (p.44).
Además, es importante también considerar que al tratarse de intervenciones comunitarias con niñxs, en donde el juego y las actividades recreativas cobran un papel fundamental como herramienta de trabajo, como disparador, como posibilitador del abordaje de los temas y fundamentalmente como derecho; resulta pertinente tener en cuenta la vigente Ley 26061 de Protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes (NN y A), que entre los derechos declarados postula: “Derecho al deporte y juego recreativo” y “Derecho al desarrollo personal en su medio familiar, social y cultural”. En relación a esto, creemos que como trabajadoras del Estado, tenemos una responsabilidad directa en que sean efectivos tales derechos. Acordamos con Kantor(s/f) cuando plantea sobre la responsabilidad como adultos que:
“En este marco se torna posible y necesario advertir la responsabilidad social que conlleva el trabajo en el área de recreación en los distintos ámbitos, instituciones y contextos en los que se desarrolla. La recreación, no como objeto decorativo sino como lugar- lugar como extensión de una presencia o como consecuencia de una acción- pone de manifiesto la dimensión política de la tarea”.(p.9)
Garantizar los derechos de lxs niñxs es una responsabilidad, en primera instancia del Estado, que se hace efectiva a través de la creación e implementación de políticas públicas orientadas a lxs niñxs. Pero también, es algo que nos convoca a todxs. Por eso es importante reflexionar en torno a nuestro rol como adultos y miembros de una institución pública y de salud, acerca de cómo percibimos a lxs niñxs que circulan constantemente por las instalaciones del Centro de Salud, qué lugar ocupan en nuestros discursos y en nuestras prácticas. Creemos que esto nos permitiría realizar una mirada crítica acerca de lo que ya venimos haciendo e ir en dirección de construir nuevas y creativas maneras de trabajar en pos de la salud de N, N y A.
En lo cotidiano apostamos a prácticas y formas de hacer que posibiliten la estrategia de APS y operar desde allí. Repensamos nuestro quehacer en búsqueda de nuevas modalidades que sean superadoras de lógicas excluyentes y meramente asistencialistas. Desde salud ¿se trabaja bajo la estrategia de APS? ¿Cuál es el sentido de defender esta estrategia que parece tan inalcanzable e inaplicable en las condiciones actuales? ¿Qué nos lleva a pensar que es posible el agitado grito que resuena desde 1978 de “salud para todos”? ¿Qué entendemos por salud como miembros de una institución y qué acciones realizamos que tienden a aquello? Desde nuestra inserción en los centros de salud, éstas son preguntas que resuenan y también nos motivan a asumirnos como parte de una institución que puede movilizar nuevas formas de hacer. En esa búsqueda y en ese hacer es que nos fuimos encontrando con compañeras que compartían estas inquietudes, preocupaciones y ganas de trabajar colectivamente. Reconociéndonos en algunos posicionamientos comunes y otros que se fueron construyendo a partir de los vínculos, apostamos a participar de diferentes maneras de un espacio con niñxs.
En este panorama, desde los discursos tanto internacionales como nacionales y locales, se privilegia a la APS como estrategia para acceder al tan ansiado objetivo de la “Salud para Todos”. Sin embargo, además de la ya mencionada dificultad para destinar horas de trabajo fuera del consultorio, nos encontramos con escaso recurso humano designado en cada centro de salud y servicio.
A su vez, teniendo en cuenta las particularidades de los contextos en los que trabajamos, otro aspecto en común en nuestros procesos es la falta de espacios físicos que faciliten y posibiliten el desarrollo de actividades recreativas en los barrios. Partiendo de la idea de salud integral, no reduciendo la misma a la exclusiva ausencia de enfermedad, creemos que para su promoción son necesarias dichas condiciones.
"La salud se relaciona con el placer, la creatividad y la vitalidad. El juego (…) promueve estos aspectos. (…) podemos afirmar, entonces, que alentar y estimular la capacidad de jugar y de favorecer lugares y espacios para ellos, implica siempre una acción a favor de la salud" (Fattet, Snaidman, Tasat Tissera y Zacañino,2008, p.2 ).
Elegir estas modalidades de trabajo a través de nuestra presencia en el barrio o dentro del centro de salud, también tiene que ver con problematizar nuestras prácticas, reconociéndonos junto a nuestras compañeras en la pregunta ¿Qué queremos construir como Salud Pública? Este cuestionamiento nos movilizó y moviliza a otras formas de intervenir; a través de un estar disponible, estar. En este sentido vimos como un efecto de tal posicionamiento, la posibilidad de generar demanda. Compartimos con Bang y Stolkiner (s/f) cuando afirman:
“Se reconoce la importancia de acciones comunitarias de prevención y promoción desde el enfoque de Atención Primaria de Salud (APS) integral; que incorpora acciones de prevención y promoción de la salud mental en acciones generales de salud, a fin de reincorporar la dimensión subjetiva, generalmente eludida en los modelos de atención, humanizándola”. (p.7)
“Intervenir psico-socialmente con un objetivo de prevención/promoción de salud, será tomar aquellas cuestiones que generen sufrimiento psíquico (con afectación individual o colectiva); en las condiciones de proximidad temporal y espacial que resulten más favorables, para trabajar sobre ellos con las personas concernidas” (Leal, s/f, p. 2)

Consideramos que a través de estas experiencias de trabajo podemos seguir pensando en nuevas formas de intervención con la Comunidad y junto a compañerxs de equipo de los centros de salud, así como en los efectos que tiene en la accesibilidad este tipo de prácticas comunitarias. Es posible afirmar que este modo de reconocer, escuchar y alojar a los NN y A promueven no sólo accesibilidad en salud, sino también la construcción de vínculos que impactan en el proceso de salud-enfermedad de todxs lxs actores que intervenimos.
Es necesario continuar trabajando en relación a las condiciones que posibilitan este tipo de tareas, como así también en los obstáculos con los que solemos encontrarnos al momento de emprender una modalidad diferente a la asistencial. Desde nuestra experiencia sabemos que las estrategias que incluyen niñxs y adolescentes implican mucha responsabilidad y tiempo de planificación y evaluación de lo que va sucediendo en el proceso, nos implica repensarnos constantemente. Por eso, afirmamos que este tipo de trabajo es sumamente rico cuando puede realizarse con otrxs, pero que para eso se hace imprescindible la permanencia y continuidad del personal para la construcción y crecimiento como equipos de trabajo en las instituciones de salud. Por supuesto, que para que esto suceda es condición fundamental que se habilite la posibilidad de armar equipos dentro y fuera de los servicios de salud. Retomando lo desarrollado durante el escrito, creemos que es indispensable que el mismo sea reconocido como tiempo de trabajo para todxs los que quieran ser parte.
Creemos que la legitimación y promoción de este tipo de experiencias de trabajo también puede tener efectos para revertir y/o modificar la desintegración que en muchos equipos existe entre los servicios de APS, enfermería y el resto de los “profesionales”, posibilitando un modo de hacer en conjunto que no se reduce a la atomización que en ocasiones se produce en la especificidad de cada servicio, sino que propone una estrategia superadora que necesita de múltiples saberes.
Por último, a modo de sugerencia, creemos que una forma de legitimar e incentivar a los equipos de salud en general y a estos servicios (aps y enfermería) en particular, en relación a este tipo de intervenciones que incluyen articulación entre servicios y una mirada integral desde la salud, podría ser que las mismas puedan ser incluidas como parte de las evaluaciones y formación de los mismos, es decir que el valor se haga visible y reconocido por todxs y no sea considerado como una sobrecarga a las exigencias que ya tienen que cumplir.
BibliografíA
Bang, C.; Stolkiner, A. 2013. Aportes para pensar la participación comunitaria en salud/salud mental desde la perspectiva de redes. Disponible en:
http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-17162013000100005
Leale, H. (s/f). Intervenciones preventivas y promocionales de salud. Disponible en:
http://www.psi.uba.ar/academica/carrerasdegrado/psicologia/sitios_catedras/electivas/067_ psico_preventiva/cursada/bibliografia/intervenciones_preventivas.pdf
Kantor, D. (2005). Adolescentes, jóvenes y adultos. Propuestas participativa en recreación. Disponible en: Biblioteca Virtual. Residencia de Psicología Comunitaria.
Fattet, A., Snaidman M., Tasat, V., Tissera, E. y Zacañino,L. (2008). Juegotecas en salud. Un dispositivo de APS. X Congreso Nacional y II Congreso Internacional “Repensar la niñez en el siglo XXI”. Mendoza.
Ministerio de Salud Pública. (s.f). Plan Quinquenal de salud 2011-2016. Salta. Recuperado de: http://www.ms.gba.gov.ar/wp-content/uploads/2014/01/Plan-Quinquenal-2011-2015.pdf
Ministerio de Salud de la Nación. (2004). Bases del Plan Federal de Salud. Disponible en versión digital.
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