top of page

EXPERIENCIAS PARA DES/ARMAR: DESMANICOMIALIZANDO SABERES, PRÁCTICAS Y SENTIRES.

  • Psic. Belén González Romano
  • 20 jul 2017
  • 11 Min. de lectura

Rotación[1] por el hotel de la locura y otros dispositivos de salud mental en RÍO DE JANEIRO

A partir de este artículo busco transmitir algunas experiencias, vivencias, aprendizajes y resonancias surgidas de los cuatro meses de rotación electiva en Río de Janeiro (de enero a mayo de 2016), principalmente en el “Hotel de la locura” y otros espacios que conocí a partir de allí.


Sobre el por qué de la elección, sorpresas y contingencias…


Al momento de evaluar y realizar la elección del lugar de destino de rotación escogí Brasil por tratarse de un país de Latinoamérica con el que compartimos similitudes en realidades y contextos socio-históricos, y por el interés en aportes específicos como los de la educación popular en relación a la salud o el teatro del oprimido. En relación a la decisión de rotar específicamente en el “hotel de la locura”, el principal interés surgió de la sorpresa de la propuesta, un hotel para “visitantes” dentro de un hospital psiquiátrico, en el que se asomaban muchos colores, música, disfraces, teatro, libertad y locura. Por lo tanto el principal objetivo fue conocer un dispositivo que se me presentaba como contrahegemónico a prácticas y saberes históricamente institucionalizados en torno a la locura, pero a su vez dentro de una institución manicomial.

Cabe reconocer que fui con dispositivos, roles construidos y formas aprendidas de trabajo, que en un principio pretendía “aportar”, pero con el devenir del proceso fueron dando lugar a permitir la novedad, lo diferente (realmente diferente), y re-conocer mis registros corporales e intelectualizaciones que pretendían a veces encuadrar esas nuevas experiencias en algo ya conocido, estructurado.

Es así que esas vivencias aún hoy están siendo procesadas, retomadas, resignificadas (casualmente -o causalmente- desde hace un mes mi lugar de trabajo es el Hospital de Salud Mental de la provincia de Salta). Me permiten vislumbrar un norte, ver colores y diversidad donde hay monocromía y una incipiente transformación del modelo manicomial a partir de la “nueva” ley de salud mental. Es así que considero que tanto los procesos internos como los colectivos se encuentran en permanente movimiento, y muchas veces siguen tomando nuevos sentidos a partir de las situaciones.

En relación al campo de la salud mental en Brasil, el movimiento antimanicomial y de lucha por la reforma psiquiátrica cumplió 30 años y cuenta con un amplio recorrido y logros en transformaciones institucionales y políticas públicas, con avances y retrocesos pero con un movimiento de profesionales, usuarios y de las comunidades muy fuerte y organizado. En relación a los servicios, los mismos se organizan mediante una red de atención psicosocial (RAPS) muy anclados en los territorios. Algunos de los dispositivos que conforman esa red son los CAPS[2] (centros de atención psicosocial), centros de convivencia[3], hospitales e institutos de salud mental, moradias (residencias asistidas) y museos (de imágenes del inconciente y Bispo do Rosario).

Concretamente, mi experiencia tuvo lugar en el Instituto Municipal Nise da Silveira (IMNS), que anteriormente se llamaba “Pedro II”, siendo uno de los hospitales psiquiátricos más grandes del Estado. Actualmente en dicho predio conviven diferentes lógicas de trabajo (incluida la manicomial) y dispositivos, desde servicios de internación de agudos y crónicos, emergencias psiquiátricas, residencias asistidas, centros de convivencia, puntos de cultura, CAPS, escuela primaria, el museo de imágenes del inconciente, el ex hotel de la locura, entre otros.

Si bien conocí y compartí experiencias en varios de ellos, me centraré en la Universidad Popular de Arte y Ciencia (UPAC), el hotel de la locura y el teatro de Dyonises.


La UPAC: una universidad sin aulas, en movimiento.

“Si el arte no cura, ¿que cura? Si es capaz de colocar al ser humano en movimiento, en debate, revelar nuevas cosas, nuevas imágenes, nuevas posibilidades, trabajar la memoria, la historia, los contenidos de la persona. Eso es lo que la música hace, la poesía, la pintura, el teatro…” (Vitor Pordeus)


Si bien esta universidad no tiene aulas ni espacio físico, es una plataforma desde la cual se concibió al Hotel de la Locura y a partir de la cual se sostienen diferentes procesos relacionados al arte y la salud en distintos lugares y con reconocidos exponentes en Brasil[4]. Se trata de un movimiento de artistas, académicos y trabajadores en salud mental que comparten principios conceptuales, posturas ideológicas y fundamentos científicos en relación a la producción artística-popular, a las relaciones de horizontalidad como productoras de autonomía y conocimiento, y a la práctica de la propia libertad. En el 2011 realizaron el primer congreso, dando inicio a un movimiento de educación popular en salud. En el segundo encuentro crearon y dieron apertura al “hotel de la locura” y definieron los principios filosóficos, pedagógicos y las ideas fuerza que rigen su “antiprograma pedagógico” (www.upac.com.br).



Desde allí, la visión de educación que proponen toma la vivencia como el camino y considera el saber de la experiencia hecha como punto de partida y base de la producción de conocimiento, siendo uno de los referentes en ese sentido Paulo Freire. Otra de las grandes referencias y pilares es la psiquiatra Nise da Silveira, quien después de estar presa y ser torturada en la década del 40, comienza a trabajar en el Hospital Psiquiátrico “Pedro II” (que hoy lleva su nombre), negándose a las prácticas y tratamientos vigentes en la época (electroshock, confinamiento y lobotomía), tornándose en la pionera en la aplicación del arte al tratamiento psiquiátrico. Ya en esa época, en oposición clara a las prácticas y teorías hegemónicas, comenzó a revolucionar la psiquiatría de Brasil, creando talleres de pintura y escultura, valiéndose de la expresión simbólica y de la creatividad como medio de tratamiento de sus pacientes, acercándose a la teoría junguiana y desarrollando valiosos aportes en esa línea. Uno de los grandes dilemas y desencuentros con la psiquiatría tradicional (de tinte cartesiana) es la forma como encamina el trabajo centrado en los afectos.

Por lo tanto, la UPAC presenta a la amorosidad como principio fundante en ese camino pedagógico generador de “afecto catalizador”, que a su vez produce cuidado y alegría, siendo junto a la “emoción de lidar” unas de las propuestas terapéuticas centrales (legado conceptual de Nise). Así se constituye la base de la consigna actual: “Engenho de Dentro para fora”[5]; que propone acciones integradas a la comunidad y no centradas en lo hospitalario.


Baruch de Spinoza, se presenta como otra de las grandes influencias, en relación a que todos somos afectados por las pasiones. Postulan que si bien las pasiones tristes afectan a la sociedad, generando dolor, y limitaciones; no son barreras intraspasables. Por el contrario, las pasiones alegres se constituyen como referencias de la práctica pedagógica y a su vez despiertan la potencia de vivir.

Presentadas algunas de las bases teóricas e ideológicas, desde la UPAC se entiende a la salud mental como “el vivir humano con alegría, placer, y en las comunidades”. Se trata de una comunidad que está potenciada; por el contrario, postulan que un pueblo sin salud mental se torna dócil y propicio a las enfermedades. Consideran de importancia el desarrollo científico para las transformaciones, y el partir de la modificación de lo micro-político para cambios en lo macro-social y en las realidades que se conciben como opresoras de los procesos de salud.

Hotel de la locura: des/alojando concepciones, prácticas, afectos y convivencia. ¿Un hotel interno para alojar al otro?

“escucha… el otro, otra ya viene. Escucha, acoge, cuidar del otro hace bien…

Cuidar del otro es cuidar de mí, cuidar de mi es cuidar del mundo…”

(extracto de canción, UPAC, traducción propia)

Partiendo del postulado de que cada persona puede ser un actor de su propio mundo, la propuesta se centraba en trabajar a partir de espacios de libertad y la convivencia: de esta forma nació el “HOTEL E SPA DA LOUCURA”. Este proyecto iniciado en el 2011 se desarrolló hasta mediados del año 2016, en el que los mismos fundadores declararon su “muerte” y cierre como lugar físico, denunciando prácticas políticas y cambios instrumentados arbitrariamente desde el gobierno, que atentaban contra los pilares del proyecto.

El nombre de “hotel” se debía a que existían nueve habitaciones a disposición, en ambientes intervenidos artísticamente (que antes eran salas de enfermerías y estaban en desuso) por los propios visitantes. Esos cuartos estaban a disposición para alojar artistas, profesionales, investigadores, etc, que querían experimentar la convivencia con usuarios, y la creatividad como generadora de salud. El hotel estaba abierto de 10 a 17 hs, y los usuarios (internos o externos) podían acceder libre y voluntariamente a los espacios en común (cocina, hall, salón, baños, etc) y a las actividades que se desarrollaban.


El equipo que sostuvo el proyecto estuvo constituido por 20 agentes culturales de salud, que anteriormente

realizaban tareas de control de endemias (peyorativamente llamados “matamosquitos”) desde una perspectiva higienista y biologicista. A partir de la invitación para cambiar de funciones y unirse al “Núcleo de cultura, ciencia y salud” (espacio creado en el organigrama de la secretaría de servicios de salud de la prefectura de Río de Janeiro, a cargo del médico Vitor Pordeus), recibieron formación en educación popular, teatro, y psiquiatría transcultural; formando parte de la construcción de los principios pedagógicos y éticos que guiaban el trabajo.


De esta forma, mi estadía en el mismo fue de aproximadamente 70 días, continuando luego mi participación

data:image/gif;base64,R0lGODlhAQABAPABAP///wAAACH5BAEKAAAALAAAAAABAAEAAAICRAEAOw==

en el espacio de teatro de Dyo-nise a partir de registros, y acompañando ensayos y presentaciones.

Las actividades desarrolladas (de las cuales participé) contaban con la participación de usuarios, huéspedes y trabajadores en pos de la generación de intercambios, vínculos y aprendizajes mutuos. Entre las mismas estuvieron la participación en el Bloco de carnaval “Loucura suburbana”, y espacios de: dibujo libre, de experimentación musical , de acción expresiva a partir del teatro, danza, música e intercambios, de música y videos , huerta medicinal y de actividad física.


Al no existir físicamente el hotel, y al reconocer que los efectos y afectos de quien pasó por esa experiencia continúan (vivido en primera persona) en los sentí-pensares, pienso que el hotel podría pensarse como un lugar en las subjetividades para alojar al otro, a la otra. Para alojar a la locura, sin objetivarla en “ciertas” personas llamadas locas ni en clasificaciones que normativicen la a/normalidad tolerable y permitida; para integrar y no excluir, para crear, para inventar a partir de la diversidad, los afectos y las potencialidades de los vínculos.


Teatro de Dyo-nise: Vitor Pordeus, el teatro como “cura” y la psiquiatría transcultural.


“Al convertir los pacientes en actores, más salud ganan...” (Fragmento de entrevista, Vitor Pordeus)


Para Vitor Pordeus, uno de los fundadores de la UPAC e impulsor del grupo de tatro de Dyo-nise, salud, cultura y arte popular están estrechamente relacionados; por ello postula que la principal herramienta de cura es el teatro. Promoviendo un teatro participativo y popular, muy diferente del “elitista” centrado en la celebridad; nació el grupo de teatro de “Dyo-nise”, conformado por “actores” (usuarios o no, artistas declarados como tales o a descubrirse). Como espacio de formación desarrollan anualmente los talleres sobre método SHABESS (método de formación de actores en siete días, a partir de grandes influencias para el grupo, como Shakspeare, Bretch, Hadad, Artaud, Nise da Silveira, entre otros), se crean los disfraces para las presentaciones, y se realizan los ensayos y presentaciones públicas una vez a la semana en la playa, en la calle y en instituciones.


Además de las presentaciones públicas con el grupo de teatro, se realizan celebraciones de la salud en espacios abiertos y recorridos con músicas y bailes (en portugués “cortejos”) por las calles internas del IMNS y del barrio, llamando a más personas y dándose a conocer.

“Es una cura en ritual. Son rituales de salud, de construcción social, de comunidad, de amor, de colectividad… si perdemos esa relación, enfermamos” (fragmento de entrevista, Vitor Pordeus.)

Partir de la ética de la relación, implica pensar las relaciones de respeto y horizontalidad, priorizando los afectos y vínculos. También requiere que la coherencia entre algunos postulados como la educación popular y el afecto catalizador, sea sostenido en lo cotidiano de las relaciones, “ajustando la palabra al gesto y el gesto a la palabra”, postulado del grupo de teatro.

En los ensayos y presentaciones, se parte de la base de que todos son iguales, no hay “locos y sanos”, pacientes ni doctores, todos son artistas invitados a protagonizar escenas y ejercitar su capacidad de comunicarse a través de las historias.

“El sueño de la razón produce monstruos”: Reflexiones sobre el poder/saber médico, científico y profesional

A través de la adaptación la actualidad de la obra de teatro de “Fausto” de Goethe, se planteaba una crítica al modelo de ciencia y médico imperante y a la industria farmacéutica. En la misma se problematizaba el lugar de la ciencia y los científicos, así como el modelo consumista e individualista.


Desde la psiquiatra cultural, Pordeus presenta, debate y toma otras experiencias en el mundo que sostienen lógicas de tratamiento y trabajo en salud mental desde la asistencia y promoción alternativas a la sobremedicalización y hospitalización. Del campo de la psiquiatría cultural cita a Lula Wanderley (Brasil), Jacques Arpin (Ginebra), Murray Cox (en Inglaterra); así como otros aportes de la biología, inmunología, el arte (Lygia Clark), la dramaturgia (Shakespeare, Bretch), psicología (Jung) y filosofía (Spinoza).

Retoma a Nise da Silveira como uno de los mayores exponentes de la psiquiatría cultural, quien trabajó desde las producciones del inconsciente a nivel individual y colectivo en el abordaje de arte y psiquiatría. De esta forma, sostiene que se puede trabajar a través de la cultura, ya que si esas prácticas culturales y simbólicas enferman, su modificación podría curar.

Su tesis principal enfoca al teatro como psiquiatría cultural y a la inversa; por lo que la frase “Locura sí, pero tiene su método” es central en la propuesta, donde la locura tiene lugar pero dentro de los procesos colectivos de creación, mediados por el arte. Por lo que la colectividad emerge como uno de los conceptos principales (similar al de una tribu para criar un niño o curar a un enfermo), como un proceso cultural y social, para la generación de una nueva ética, psicopatología y conciencia colectiva.

“Somos un círculo, dentro de un círculo, sin inicio y sin fin”

(ciranda, canto popular usado por la UPAC, traducción propia)


Esta ciranda está presente en todos los procesos o “rituales” colectivos del grupo. Hace referencia al proceso de cooperación, presente en cualquier comunidad, que tiene sus “rituales” y en la que la salud y cultura son una producción simbólica. Por lo que postulan que si se comienza un movimiento en cuanto actores, se podrá producir modificaciones significativas en nuestros modo de vida, en la salud mental y salud pública.


En este sentido convivir es otro aspecto clave, ya que afirman que nadie enferma ni se cura solo y que las enfermedades son, antes de todo, enfermedades sociales; donde de nada vale excluir para tratar, por lo que el objetivo es quebrar esa lógica.

Dentro de su postura crítica, Pordeus sostiene que es preciso recuperar el papel comunitario y político de los médicos, que según él está totalmente viciado con la mercantilización de la salud, afirmando:


“La medicina se transformó en una máquina de vender remedios. Crean enfermedades para venderlos, impulsados por la industria farmacéutica. Olvidaron que esa es una lucha política, de conciencia, de disputa por recursos públicos, con la propia medicina y el biopoder”


ALGUNAS REFLEXIONES


Uno de los grandes aportes de la rotación, fue poder conocer prácticas de salud mental abordadas desde lo artístico-cultural y que lograron ser legitimadas como políticas públicas. Convivir meses en el hotel de la locura y conocer desde adentro este dispositivo, me permitió pensar en múltiples posibilidades de transformación que se van ensayando a partir de la coherencia teórica, práctica y de formación. En este caso fue una propuesta de ocupación de espacios no productivos y la generación de dispositivos contra-hegemónicos a lo manicomial, dentro del sistema de salud. Uno de los principales aspectos sostenido en lo cotidiano fue el afecto catalizador propuesto por Nise da Silveira; lo que deja puertas abiertas para continuar pensando el papel de la afectividad en los procesos comunitarios.

Poder conocer otro nivel de atención (3° nivel) desde una perspectiva de desinstitucionalización (donde conviven aún diferentes modelos, y se dan luchas contra el retroceso) y enmarcados en una red de atención psicosocial también me permitió pensar que son posibles diferentes herramientas y dispositivos estatales, enmarcados en las reformas de leyes y lucha antimanicomial.

Páginas web de referencia y consulta:

  • http: www.ocupanise.org.br

  • http://institutonisedasilveira100anos.blogspot.com.ar/

  • http://upac.com.br/

  • http://movimentoescambo.wixsite.com/escambo

“no se curen más de la cuenta, gente curada de más es aburrida”


[1] El programa de formación de 3 años como residente de psicología comunitaria estipula una rotación libre en el último semestre, a elección del/la residente, teniendo como objetivo conocer otros contextos y ámbitos de intervención la psicología comunitaria, así como aportes teóricos y metodológicos.


[2] una de las puertas de entrada a los servicios públicos de salud mental que tienden a la sustitución de los hospitales psiquiátricos - antiguos hospicios o manicomios - , proporcionan atención individual, grupal y talleres, actividades comunitarias, culturales, expresivas, deportivas, asambleas familiares, entre otras actividades que promueven la integración e interacción social. Acoge situaciones de crisis, evitando las internaciones hospitalarias. Se organizan según niveles de complejidad en CAPS I, II, III, de alcohol y drogas e infantil. Los equipos están formados por psiquiatras, neurólogos, enfermeros, nutricionistas, farmacéuticos, fonoaudiólogos, asistentes sociales, musicoterapeutas, artesanos, entre otros.


[3] son dispositivos, donde son ofrecidos espacios de sociabilidad, producción e intervención en la ciudad. En estos locales, personas de una determinada comunidad tienen la libertad de reunirse libremente, con la finalidad de socializar y, a través de este contacto, construir espacios de trabajo, placer, cultura, salud, entretenimiento, inclusión social, discusiones y posicionamientos sobre problemas de su comunidad.


[4] Ray Lima y Junio Santos (movimento Escambo Popular Livre de rua, Ceará), Vera Dantes (médica de família y comunitária, artista, Fortaleza), Vitor Pordeus (psiquiatra transcultural, Rio de Janeiro-Montreal)


[5] “Engenho de Dentro” es el nombre del barrio donde está ubicado el IMNS, por lo que la consigna se traduce en “Ingenio de adentro para afuera”.

Comentarios


etiquetas: 

SITIOS RECOMENDADOS

LINKS DE INTERES

PARA MAS INFORMACION SOBRE EL INGRESO A LA RESIDENCIA O INFORMACION INSTITUCIONAL INGRESA A NUESTRO FACEBOOK!

  • Facebook Social Icon

MARCO LEGAL   

bottom of page