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PENSANDO EN EL ROL DE SALUD PÚBLICA EN UN HOGAR DE MENORES. ESPACIOS DE ENCUENTROS Y DESENCUENTROS

  • Lic. Lucía D'Arterio
  • 30 oct 2017
  • 10 Min. de lectura

Este escrito tiene el objetivo de contar el proceso de intervención de un Centro de Salud (CS) de zona Este de Salta Capital en un Hogar de Menores. El equipo empezó desde el año 2016 trabajando en una escuela secundaria en un espacio de Consejería en Salud Sexual, conformado por Psicóloga de planta, psicóloga comunitaria, agente sanitaria y estudiante Universitaria. Una vez terminado el ciclo lectivo parte del equipo se pregunta: “¿Qué hacemos en las vacaciones, que hay receso escolar?”, a lo cual otro de los miembros trae de los recorridos barriales la existencia de un Hogar de menores en la zona de referencia del CS. Es así que se organizó una reunión entre el equipo y los operadores de la institución-hogar. En un primer momento se realizaron entrevistas para entender las lógicas institucionales.


Para comenzar se describirán algunas características del Hogar. Se trata de un Centro de Inclusión Transitorio (CIT) para menores en conflicto con la ley, judicial y penal perteneciente a la Secretaría de Niñez y Familia. En la provincia de Salta encontramos un total de cinco hogares (divididos los de mujeres de los de hombres).


En la entrevista a referentes se mencionó que la función del hogar es realizar contención y tratamiento. El grupo de los adolescentes varones que “accede” a estos centros ya estuvieron en la División de Control de Menores (centros penales) cumplieron su condena, pero en la mayoría de los casos la familia expresa el deseo de que el joven no vuelva con ellos a sus casas. De esta manera quedan a disposición de la Secretaría de Niñez y familia, la cual lleva a cabo la derivación correspondiente a cada Hogar.


En el hogar habitan ocho jóvenes, este número es relativo ya que se producen fugas constantes. Cuando esto sucede los miembros del equipo efectúa una denuncia. A su regreso entran acompañados por la policía y con un certificado médico legal. Si bien el CIT no es un centro penal, los jóvenes no pueden salir cuando lo deseen. En este sentido y en relación a las fugas que se consuman, considero pertinente destacar cómo los límites entre la penalidad y el sentido "hogar" se confunden.


Encontramos lógicas propias de la institución, anudadas con lo judicial, y a su vez tensiones entre abarcar lo general de este grupo y las subjetividades de cada caso. Se presentan desafíos para los miembros del CS en cuanto al Rol y las formas de entrelazar las lógicas de salud y las particularidades de lo penal, sus leyes y sus discursos.


Comenzaron los espacios de encuentro

Penalidad, leyes, supuesta transitorialidad, códigos, consumo, son palabras que resuenan de estas descripciones. Un nuevo escenario muy distinto a aquellos en los que el equipo venía trabajando. Para esto el equipo necesitó un tiempo previo para compartir algunas incertidumbres, dudas, curiosidades previas: a pesar de los “imaginarios construidos” en torno a la peligrosidad, al riesgo se apostó a generar un vínculo. Se compartió un almuerzo y los adolescentes empezaron a contar sus historias:


“a mí me agarraron la semana pasada” (registro de campo, joven del hogar)

“hace seis años que estoy acá” (registro de campo, joven del hogar)

Reconociendo la intención del equipo y poniéndose a disposición, se entrelazaron algunas demandas:


“en el Hogar hay mucho tiempo libre” (registro de campo, joven del hogar)

“si vengan queremos juegos” (registro de campo, joven del hogar)


Se pensó los días martes para los encuentros y se apostó (en un primer momento) a los juegos como modo de inserción, de generación de lazos con los jóvenes. Asimismo con los jóvenes, en coincidencia con el pedido que ellos mismos hacen. Ahora bien, el Equipo comenzó a preguntarse: ¿Cuál será el rol de los miembros de salud en un hogar de menores? ¿Cómo pensar una práctica en un ámbito en el que el abordaje es tradicionalmente jurídico, sin descuidar nuestra especificidad en Atención Primaria de la Salud (APS)?

En primer lugar, siguiendo a Tomás Torres, menciona que la APS consta de tres elementos:

  1. Es la puerta de entrada al sistema,

  2. Debe asegurar una atención permanente y longitudinal, aun en ausencia de enfermedad y

  3. Debe proveer una atención integral que haga frente a todas las necesidades de salud de una persona (S/F,p.2)

Frente a esta definición, surge pensar en la APS como un modo de atención y escucha a las necesidades de los jóvenes, una puerta de entrada (que es a la vez una puerta de salida) a una institución de “puertas para adentro”. También surge pensar ¿Qué lugar tienen estos adolescentes en las representaciones que surgen en los equipos? ¿Están invisibilizados? ¿Cómo generar accesibilidad?


Intentando responder a esta pregunta, se apuesta a la generación de vínculos con los adolescentes en donde la mayoría de las instituciones que intervinieron en sus historias son las policiales, penales y judiciales, en el cual hay más legajos que historias clínicas, historias afectivas o barriales como modo de registro de un Otro (Estado, instituciones etc.).


“hay mucho legajo penal para la edad, intento de homicidio, robo a mano armada” (Registro de cuaderno de campo, referente del Hogar).


Y a su vez el adulto referente que pregunta por sus vidas está asociado a la vigilancia


“me da bronca cuando me hacen preguntas, porque me hace acordar a la policía” (registro de campo, joven del hogar)


El equipo se pregunta:¿Cómo intervenir? ¿Acaso no hubo intervenciones previas? Buscando el origen de la palabra, proviene del latín intervenīre, según el diccionario de la Real Academia Española tiene varios significados como: “tomar parte” “operación” pero también “someter [algo] a control o examen”. Se podría pensar desde una acción dirigida a un cambio, pero también a mecanismos de control. Según los relatos parecería que las “intervenciones” de las instituciones por las que los jóvenes han transitado estuvieron más del lado de lo correctivo y regulador. Ahora bien, se plantea desde el equipo un rol de intervención desde la Salud que muestre otros modos de abordaje, quizás disruptivos o simplemente distintos, que tengan que ver con el apoyo, la escucha, el cuidado.


Siguiendo esta línea de pensamiento se consideró necesario tener un tiempo para entablar un vínculo con ellos y a la vez acuerdos constantes con los operadores, la psicóloga y la trabajadora social.


“para mí los chicos tienen que entender que a nosotras sí nos interesan, que si queremos estar ahí” (miembro del equipo del CS, registro de campo)


Se apostó a construir lazo, confianza con los chicos. Vínculo que a la vez aloje afectividad. Siguiendo a Ana Pekarek, menciona


“Podemos entender el vínculo como tierra fértil en la que se va sembrando confianza, afecto, preguntas. Brotan demandas cuyos sentidos a través del quehacer vamos produciendo.” (2016, p.38)


Los primeros espacios estuvieron enmarcados por el juego. Frente a la oferta de “jugar” algunos de los chicos se sumaban, otros no, se empezaba con dos, tres, luego eran cinco, ocho. ¿Qué habilita el jugar? ¿Qué tiene que ver con el rol? En primer lugar favorece al encuentro con los jóvenes y el equipo de salud no se muestra como algo distante sino que propone otros modos saludables en el que este la diversión y el intercambio. También aparece el juego como modo de establecer lazo y con la intención de mostrar un rol adulto que no aparezca desde la vigilancia y el castigo. El juego como instrumento de disfrute, simbolización y herramienta de encuentro con el otro. Winnicott postula el juego, y solo en él, pueden el niño o el adulto crear (…) en el juego es posible la comunicación (1971, p.80) .Se podría inferir que además de la palabra, también se produce simbolización y participación a través del uso del cuerpo. Estas formas de expresión elegidas por los adolescentes son maneras de participación. Reconocerlas implica desarrollar actividades creativas utilizando el juego como espacio de comunicación, encuentro y de participación en este nuevo escenario.


Entre dudas de cómo sostener el espacio, de cómo continuar la psicóloga del Hogar propone :


“El otro día vinieron tres chicos y me preguntaron sobre del VIH, sobre las enfermedades de transmisión sexual, me parece que eso les interesa” (registro de campo)


Frente a este pedido y de-construyendo esta demanda que se hacía desde el hogar, se empezó a armar (dentro de las lógicas de lo lúdico) dispositivos para trabajar la salud sexual, reconociendo los trayectos previos para abordar esta temática en las escuelas. Se rescata de la sistematización de “Procesos de intervención” realizada en el 2015 (desde la residencia de Psicología Comunitaria) “Generar espacios de construcción conjunta, y donde el rol del adulto apuesta a saberes construidos simétricamente. Teniendo en cuenta no solo la información si no las singularidades, historias y subjetividades del adolescente y los adolescentes” (2017:51). Ante la pregunta a los jóvenes sobre con quién hablan de este tema, Responden que “con nadie”. Empezó a generarse un espacio de juego pero también de palabra y de circulación de saberes entre todos(equipo, operadores, jóvenes, psicóloga del hogar). La construcción del vínculo previo fue necesaria para habilitar a preguntas, problematizar mitos y hablar de la salud sexual.


Cuidado- ternura

Sobre la base de las consideraciones anteriores: la promoción de la salud a través del juego y de consejerías sobre salud sexual [1]se convierten en prácticas de cuidado. Haciendo una búsqueda por los significados de la palabra cuidado encontramos que es sinónimo de: atención, interés, preocupación. En salud localizamos distintos tipos de cuidados, tenemos los normativos como ser: control de embarazo, de niño sano,que ponen énfasis en prácticas preestablecidas y pautadas de antemano.


Ahora bien, sin desconocer estas formas o “fórmulas”, se pronuncian otras lógicas del cuidado que tienen que ver con el vínculo, la singularidad de cada sujeto, institución y grupo. Franco y Merhy expresan: “El plano del trabajo y del cuidado en salud es el lugar de manifestación de las singularidades y por ello es diverso, múltiple, como expresión de las subjetividades en acción” (2010, p.1). Se propone el cuidado como una práctica que parte del vínculo con los jóvenes. Los autores mencionados lo conceptualizan como un “trabajo vivo en acto que actúa como una plataforma sobre la cual se producen las redes del cuidado” (2010, p.1). Un encuentro en un aquí y ahora en donde se juegan los modos en un escenario que condensa historias y modelos de abordaje. Aquí y ahora en los que hay actores que aparecen (aparecemos) desde salud y que abren nuevas formas de intervención desde la promoción y prevención. Vínculo y encuentro con un equipo de salud y con una institución que no tiene que ver con lo penal. Encuentros que crean accesibilidad a los Centros de Salud, instituciones de salud y prácticas de prevención, promoción y cuidados.


Cuando se habla de vínculo, está instituido que hay Otro, en este caso adolescentes. Con el equipo nos preguntamos:¿Qué es ser adolescente en el hogar? ¿Qué pasó antes de que los jóvenes lleguen al hogar? ¿Qué tipos de cuidados hubo? ¿Cómo fue su infancia?


Cuando se preguntaba sobre los recuerdos de su niñez narraron:


“me crié en la calle” (registro de campo, joven del hogar).

“me acuerdo que le tiraba agua caliente a los policías” (registro de campo, joven del hogar).

“robar con los pibes” (registro de campo, joven del hogar).

“juntarme con los vagos, pipear, pipeo desde los 7 años” (registro de campo, joven del hogar).


Ante estos relatos surge la pregunta:¿Qué instituciones o adultos intervinieron y de qué formas?

En relación a cómo conciben a la adolescencia contaron:


“yo siento que es lo mismo que antes, no cambió en nada de la niñez a ahora” (registro de campo, joven del hogar).


Surgen relatos de formas de ser adolescente y de transitar las adolescencias y las infancias. En donde lo “evolutivo” y lo que se espera a esta edad parece desbordarse ante subjetividades que están a merced de la supervivencia. En donde la frontera entre infancia y adolescencia se torna borrosa.


En referencia a estas historias, se apuesta a un cuidado desde lo que Ulloa plantea como ternura “abrigo frente a los rigores de la intemperie (…) y fundamentalmente buen trato, como escudos protectores ante las violencias inevitables del vivir” (2012, p.241).


Abriendo de esta forma una posibilidad y una puerta a las intervenciones en los centros de salud futuras, sostenidas por el vínculo con ellos. Esto es importante de remarcar debido a que es una población de jóvenes que constantemente se “fuga” del Hogar o que en algún momento termina su estadía de este. Y en estos casos se propone a los centros de salud como redes de cuidado y como espacio que aloja trayectorias.


Otra forma de cuidado consiste en intentar abrir posibilidades de elección: pensar en clave de posibilidades en estos contextos abre al deseo y a las formas de resistencia. Cuando se les plantea a los jóvenes por sus sueños en un comienzo decían:


“en nada” (registro de campo, joven del Hogar)


Duschatzky y Corea (2007) tomando el concepto de Agamben de nuda vida refiere al momento en el cual el sujeto está privado de realizar formas múltiples de vida. Esta misma autora habla de la desubjetivación como una posición de impotencia, a la percepción de no poder nada diferente con lo que se presenta. (2004, p.83)

“yo robaba para comprar droga y de ahí me drogaba y seguía robando” (registro de campo, joven del Hogar)

“cuando te drogás esta todo piola, te olvidas del bajón” (registro de campo, joven del Hogar)

“el bajón es cuando pensás en la calle, en la soledad (…) pensar en la calle es duro, te golpean con palos (…) la calle no te enseña nada” (registro de campo, joven del Hogar)

“cuando hablas con alguien es feo, de acordás de la calle y te pones mal” (registro de campo, joven del Hogar).


Pensar en los proyectos de vida de los jóvenes en situación de vulnerabilidad social es contemplar las propiedades negativas que se les adjudican, invalidándose a sí mismos. (Zaldúa 2009, p.306)¿Cómo generar puntos de fuga, y movimientos? ¿Qué posibilidades de elección existen ante ciertos contextos? Quizás mostrando sus fortalezas y abriendo caminos a que se piensen algunas salidas.

“hay que ver otros mambos (…) otro mambo seria salir con una chica, trabajar” (registro de campo, joven del Hogar)

“yo quiero ir a la escuela y aprender a escribir” (registro de campo, joven del Hogar)

“sueño con estar con mi hija y dejar de vender droga” (registro de campo, joven del Hogar)

“yo quiero ser arquitecto, hacer una casa y tener una familia” (registro de campo, joven del Hogar)


Nuestro rol en este caso es abrir a la posibilidad de pensarse, como puntos de resistencia a un contexto que los deja al margen y aparecen estancos. Pensar en anudar derechos, que se tenga la posibilidad de mirarse, con otros y correrse de los lugares fijos funcionales al sistema. Un rol desde salud pública que implique la escucha a las historias, las adolescencias, abrir a espacios de encuentros y ternura ante del desencuentro de la intemperie.


Bibliografía


-Duschatzky, S. & Corea, C. (2007) Chicos en banda: Los caminos de la subjetividad en el declive de las instituciones. Buenos Aires: Ed. Paidós

-Fernández, A.M (2007): “Las Lógicas colectivas. Imaginarios cuerpos y multiplicidades”. Ed. Biblios. Buenos Aires, Argentina

-Franco, Túlio Batista; Merhy, Emerson Elias (2010) El reconocimiento de la producción subjetiva del cuidado.

-Funes Jaume (1997) Adolescentes y jóvenes en situación de conflicto social. Una reflexión sobre las respuestas adultas, incluido el sistema penal Publicado en “Justicia Juvenil en la Comunidad Autónoma del País Vasco”. Vitoria.

- Pekarek Ana (2016) Procesos de intervención puntuados en clave de aprendizajes”, Residencia de Psicología Comunitaria.

- Tomas Torres (2007) La salud como derechos de todos, APS como estrategia para lograrlo. La Caldera.

-Ulloa, Fernando (2012) Novela Clínica Psicoanalítica. Libros del Zorzal.

-Winnicott (1971) Realidad y juego. Buenos Aires: Granica Editor.

-Zaldúa.Bottinelli,;Pawlowicz,.Nabergoi,;Longo,Lenta,Pequeño, ;Moschella, Bavio, Sopransi,((2009) Narrativas adolescentes en contextos críticos Facultad de Psicología - UBA / Secretaría de Investigaciones / anuario de investigaciones / volumen XVI.




[1] Línea estratégica incluida dentro del Programa de salud sexual y reproductiva del Ministerio de Salud Pública.

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