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Siguiendo las huellas de la APS en un Centro de Salud

  • Aylén Loureiro - loureiroaylen@gmail.com
  • 9 abr 2018
  • 7 Min. de lectura





Son múltiples las formas que construyen las sociedades para vincularse con el pasado. Una huella es una marca, impresión que queda grabada sobre una superficie sensible en la que se ejerce presión. Se trata de un rastro, una señal que se deja y que alude a la historia, a un tramo recorrido, a una pista a seguir. Un vestigio sobre lxs cuerpxs afectadxs por el paso de lo colectivo que se hace visible y surge en la memoria de quienes han sido parte, o han escuchado ser parte. En este artículo presentaré algunas preguntas en relación a la memoria de procesos comunitarios relacionados a la APS en un Centro de Salud. Rastros que se hacen visibles durante el proceso de Lectura de la Realidad Institucional y Comunitaria con foco en lo Institucional en el primer año de la Residencia de Psicología Comunitaria.


Lectura de la Realidad Institucional y Comunitaria con foco en lo Institucional

Durante el Primer Año en la Residencia de Psicología Comunitaria comienza el proceso de inserción en Centros de Salud de la ciudad de Salta, donde realizamos en un primer momento, la lectura de la realidad institucional y comunitaria con foco en lo institucional. Esta lectura se va construyendo junto a diferentes actores, en espacios de co visión y en el Centro de Salud (en adelante CS). Forma parte de un acercamiento que tiene como objetivo conocer la institución y la comunidad y a su vez insertarme, generando vínculos con el equipo de salud.

La denominación de este momento de lectura de la realidad institucional y comunitaria con foco en lo institucional, da cuenta de la particular relación entre lxs actores implicadxs. Poner el foco en lo institucional no descarta una lectura de lo comunitario, sino que establece una perspectiva de momentos, dentro de los cuales se intenta dar cuenta de la amplitud y la complejidad. Es de esta manera que al mirar lo institucional se mira también la realidad comunitaria junto a los múltiples atravesamientos históricos, económicos, sociales y políticos que componen un territorio en un momento particular.

Es en este marco que me interesa compartir una de las líneas de lectura de la realidad, en donde se entrecruzan no solo lo institucional, lo comunitario y el contexto desde una perspectiva amplia, sino también pasado, presente y futuro como una composición que va construyéndose de forma compleja en la cual nos situamos para pensar lo comunitario.


La estrategia APS en Salta

En 1978 se plantean en Alma Ata los ejes de la estrategia en Atención Primaria de la Salud (APS). Entendiendo a la salud como parte del desarrollo local, sus objetivos apuntan a la cobertura total, la participación comunitaria, la integración intersectorial y el uso de tecnología apropiada, poniendo en primer plano los saberes y recursos locales (Torres, 2016).


En nuestro país, la implementación de las distintas perspectivas e interpretaciones de la estrategia APS tienen un correlato con los períodos políticos (Rovere, 2011), particularmente en épocas neoliberales se deja estratégicamente de lado la dimensión política, obviando cuestiones como la participación comunitaria.

La provincia de Salta tiene su historia respecto de la APS, influida por el Programa de Salud Rural implementado en Jujuy por el Dr. Alvarado en 1968, Tanoni implementa el Plan de Salud Provincial en 1984, estableciendo a la APS como estrategia de descentralización y desarrollo de sistemas locales (Tanoni, 1990).

En este sentido, la APS en Salta tuvo múltiples formas a lo largo de la historia, en el apartado que sigue intentaré reflexionar acerca de los rastros de otras maneras de pensar la salud y cómo la historia, en su forma no lineal se permea en el presente de un Centro de Salud ubicado en un barrio periférico de la ciudad.


Huellas


La memoria es un ejercicio político, permite repensar las formas de relación con el pasado y hacer visible hilos, procesos, conexiones, sentidos, preguntas para hacerle al presente. Entiendo al neoliberalismo como una forma de vida de las sociedades actuales, que molecularmente impone sus valores e ideas y que determina, entre otras cosas, las formas de pensar (y escribir) la historia. Traverso (2017) nombra algunas tendencias del régimen neoliberal en torno a la relación que establece con la historia, una de ellas es la despolitización del pasado, se destruyen los marcos dentro de los cuales es posible construir una memoria colectiva, transformándolos en recuerdos individuales sin reflexión crítica ni rastros de acción colectiva. Otra tendencia es “el fin del pasado como experiencia transmisible” (Traverso, 2017) haciendo de la historia una serie de hitos, objetos, símbolos, cosas que pueden estar expuestas en un museo y que no existen más que como bienes de consumo. Es por esto que recuperar la historia es una estrategia, una forma de reactivar los procesos de elaboración de la memoria colectiva.

Tomando a Rovere (2011) seguir el indicio de una huella lleva a buscar una tradición, aquello que “fluye subterráneamente” bajo lo visible y a partir de lo cual se generan nuevos sentidos. En mi transitar por el CS percibo modos, formas de existir de lo institucional, maneras que llaman mi atención por su singularidad: cierta informalidad, pensando en unos modos de relación que lejos de protocolares, se caracterizan por la soltura, los acuerdos de palabra, las charlas, algo de la confianza y lo conocido que leo como grieta. Grieta en el sentido de línea de fuga de lo instituido como formal, burocrático, normativo, pero también fuga de la mirada del otrx como peligrosx, pasivx, cosificadx. Un chiste en la sala de espera, un grito desde algún rincón de la administración “¿¡mamita cómo está tu bebé!? ¿Qué te dijo el médico?” (Trabajadorx de Primer Nivel de Atención), conocerse los nombres y las historias, una consulta médica en plena calle, un proyecto sin papeles, sin firmas, con lxs cuerpxs libres de ciertas burocracias que entorpecen los movimientos y los vínculos. La informalidad algunas veces leída por el equipo como una falencia frente a las exigencias de la institución Salud Pública, pero también rescatándola como modo de relacionarse, de resolver problemas, de generar encuentros valiosos.


La informalidad se convierte en huella en el discurso de miembrxs del equipo de salud, se resignifica en familiaridad, trato íntimo en un ambiente de confianza y mutuo conocimiento, que incluye enojos, rupturas, pero también posibilita un amplio campo de relaciones que responden a otro orden. Familiaridad es la huella por la que continúo el recorrido, como en una genealogía, apunto a explorar la historia, tratar de desandar un camino que me lleve a otros procesos. Lo familiar es una estrategia de acercamiento, “para llegar a la gente hay que tener un trato familiar, conocerlos, tratarlos bien porque sino no te abren la puerta de la casa, ¿cómo hacés para vacunar, para ver las condiciones en que viven si no podés entrar?” (Trabajadorx de Primer Nivel de Atención). Estrategia que responde a ciertas actividades, como visitas domiciliarias, prevención con el ojo puesto en saneamiento, higiene, modos de vivir lo cotidiano, cosas a las que se accede a través de lo familiar. ¿Se trata de características de la APS? ¿Huellas dejadas por actorxs que llevaron a cabo esta estrategia de salud en otro tiempo?. Hasta el año 1998 se contaba con Agentes Sanitarios quienes junto al equipo de aquellos años se organizaban para resolver problemas que afectaban a los barrios; se llevaban a cabo proyectos como Huerta Comunitaria, cartografías del área y jornadas de limpieza del río donde participaba la comunidad junto al CS “Todos éramos como agentes”, “Veníamos los domingos a trabajar en estos proyectos” (Trabajadorx de Primer Nivel de Atención). Se plantea la importancia del rol del Agente Sanitario “trabajar a la par del agente, que implementaban otra forma de trabajo, fomentaban el buen diálogo, un matiz familiar” (Trabajadorx de Primer Nivel de Atención). Rastros de estas maneras de acercamiento continúan teniendo efectos en la cotidianeidad del CS, ¿puede el recuerdo de que “algo se pudo hacer” (Trabajadorx de Primer Nivel de Atención) operar en el presente para la construcción de otros espacios no asistenciales? ¿de qué manera puede apelarse a la experiencia para pensar el presente? Benjamin hace una distinción entre vivencia y experiencia, la primera es fugaz, individual, es vivir un acontecimiento sin posterior elaboración y por lo tanto sin transmisión “es el modo de vida de individuos pasivos en un contexto degradado que se retroalimenta como tal” (Hlebovich, 2015). Por otro lado, la experiencia se construye intersubjetivamente, en un estar con otrxs, es transmisible y crítica. Lxs sujetxs al recibir el relato de lo transmitido lo conectan con su propia vida y resignifican la experiencia de manera crítica (Hlebovich, 2015). Lejos de la conservación del orden establecido, la experiencia pensada desde esta perspectiva es una herramienta de potencial creación colectiva, haciendo perdurable, casi a modo de rescate en estos tiempos neoliberales, rasgos de vínculos familiares, encuentros más íntimos, procesos grupales de transformación.

Como en un viaje al pasado, cuando lo digital no había reemplazado al soporte material de las imágenes, un día veo circular por la enfermería un álbum de fotos. Caras desconocidas y otras no tanto aunque más joviales, entre multitud de niñxs que limpian el río, ollas enormes de locro que unas mujeres cocinan en lo que parece ser un espacio común, personas con ambo de médicx arrodilladxs en la tierra sosteniendo una planta y una sonrisa estática, que quedaron grabadas en la imagen. Pregunto quiénes son, qué hacían, dónde están ahora, nos causa gracia verlxs las caras, el paso del tiempo en lxs cuerpxs. La pregunta sobre el pasado permite poner a circular sentidos sobre los vínculos y la comunidad, en sala de espera me dispongo a conversar sobre estas fotos, ¿te acordás de esto? ¿Vos dónde estabas? ¿A quién reconocés? La experiencia va circulando en fotos, discursos y prácticas por el CS, como materia disponible para ser resignificada, también como fuerza de empuje hacia nuevas experiencias colectivas. La huella es entonces vista en dos sentidos temporales, hacia atrás y hacia adelante. Como registro y experiencia de pasos dados así también como una guía, un camino de la memoria colectiva por donde construir y explorar nuevas formas de lo comunitario en el CS.


BibliografÍa

Hlebovich, L. (2015). Benjamin lee a Proust: El cuerpo de la experiencia. X Jornadas de Investigación en Filosofía, 19 al 21 de agosto de 2015, Ensenada, Argentina. En Memoria Académica. Recuperado de: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.7609/ev.7609.pdf

Rovere, M (2011). Informe Final. La estrategia de APS en Argentina, crecimiento desordenado, componentes reprimidos y conflictos de modelos. El Agora, Argentina.

Tanoni, E. (1990) “El Plan de Salud “Dr. Ramón Carrillo” en la provincia de Salta, República Argentina.” en J.M. Paganini y R. S. Capote (eds.): Los sistemas locales de salud OPS, Washington, EEUU.

Torres de Torres, A. (2016). “Reinvención de lo comunitario. Hacia una ciencia domiciliada en América Latina”. El Ágora Editorial. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

Traverso, E. (2017) Conferencia: “Políticas de la Memoria en la era del neoliberalismo”. Aletheia, volumen 7, número 14. Recuperado de: http://www.aletheia.fahce.unlp.edu.ar/numeros/numero-14/pdfs/ConferenciaTraverso-OK.pdf

Xilografías de Giannina Abbondandolo

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