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EL INCOMPRENSIBLE DE LA LOCURA

  • Lic. Nicolás Bogni (nicobogni@hotmail.com)
  • 25 feb 2019
  • 6 Min. de lectura

Casa de locos, o Manicomio, (óleo) Francisco de Goya 1812 y 1819.

Se respiran los dolores

Se oyen los descuidos

Se emborrecen las miradas

En las sombras del asilo.

Autor Anónimo

Nos encontramos frente a una vitalidad igual a oportunidad, para romper con los automatismos y repeticiones que generan las relaciones de poder, creando desde su supuesto saber “Objetivaciones” en los sujetos (los locos, pobres, marginados, excluidos), de esta manera dominándolos, etiquetándolos, agrupándolos, puestos en la pantalla para que la sociedad tema de ellos. Se obliga a la sociedad a pedir a gritos que se los excluya a esos Otros diferentes, y se los instituye como peligrosos. Así opera el control dominante y normalizador que imponen los campos de conocimiento, saber y verdad hegemónicos, como la psiquiatría. Que en la actualidad perduran y generan un modo de subjetivación en los sujetos de manera muy particular, pero que se encuentra en conflicto con nuevas maneras de analizar y actuar frente a las realidades sociales que nos atraviesan. Debemos obligarnos a romper con las cadenas, abrir las rejas, derribar los muros de las ideas saliendo a la luz y modificando la visión como sujetos, debiendo favorecer con nuestras prácticas posibilidades de liberación, participación y unión.

Los juegos de verdad y poder hegemónicos (como la psiquiatría, la psicología clínica, etc.) deben ser interpelados. De esta manera entran en crisis las concepciones sobre el Ser y sus padecimientos. En tal crisis se enfrentan paradigmas, Kuhn lo define como una “completa constelación de creencias, valores y técnicas compartidas por los miembros de una determinada comunidad”, además como las prácticas y saberes de una determinada disciplina científica. El cambio de paradigma no se da por completo, sino que estos se enfrentan y conviven con sus prácticas y sus supuestos de verdad. Pudiendo de esta manera enumerar una larga lista como ser el capitalismo vs socialismo, empresarial vs artesanal, el modelo patriarcal vs la perspectiva género…pero aquí nos enfocamos en la hegemonía psiquiátrica con su aparatoso manicomio vs lo espontaneo de lo “Comunitario” con sus prácticas de participación comunitaria, el Hacer con otros. Al surgir estas nuevas concepciones y saberes, las instituciones totales (manicomio, asilo, cárceles) entran en el foco de discusión, todos estos centros de encierro atraviesan una crisis generalizada, evidenciando su déficit en el cuidado y resguardo de los cuerpos de los sujetos que los perpetúan.

Al instalarse estas nuevas fuerzas, que están llamando o en muchos lugares entrando a nuestras puertas y habilitado nuestras prácticas, nos interpelan como sujetos de verdad, por ende, nos interroga sobre nuestro Que Hacer, transforma nuestra visión de la realidad, los instrumentos con los cuales observamos y actuamos. Debiendo re pensarse y re organizarse saberes y verdades, Transformarse ciertas lógicas instituidas, por aquellas superadoras y “liberadoras” o en lo posible que intentan generar prácticas de “libertad”.

La centralización y control ejercido por lo hegemónico en los manicomios debe dar lugar a la sectorialización y territorialización de las prácticas en cuidados de salud, posibilitando estas en principio, “nuevas armas liberadoras”. Ahora bien, la pregunta es ¿Cuales son estas nuevas armas que posibilitan otra comprensión e intervención en la realidad con las comunidades?

“Encontrariarnos” con estas verdades, vislumbra oportunidades en lo que no funciona, además de los poderes que operan que deben re invertirse y re distribuirse. Surge así lo espontáneo, lo creativo de las prácticas comunitarias, generando un quiebre en las lógicas de los sistemas de cuidado en salud. Este quiebre de las estructuras que producían y continúan produciendo objetivaciones en los sujetos permite el pasaje a nuevas formas de producción de subjetividad, debido a la introducción de nuevos saberes y prácticas, que conceptualizan y trabajan con el ser desde otro posicionamiento, activo y participativo. Estas permiten la transformación no solo a nivel del uno (propio) sino a nivel colectivo, permite pensar lo diverso, lo múltiple, abandonando las identidades universales de verdad. Las representaciones históricas de la locura se ven re simbolizadas, en las capacidades de los sujetos para decidir sobre sus propias vidas, interpelando el Rol de los actores sociales, preguntándose qué tipo de producción de subjetividad construimos en nuestro “qué Hacer” con las comunidades. Y de que manera utilizamos nuestro poder- saber- verdad.

Citando a Basaglia, “cambiar juntos nuestro Rol de Opresores, al de responsabilidad no como profesionales o cuidadores, sino como simples Hombres”. De esta manera realiza una crítica a las figuras de poder (psiquiatras, pudiendo ser Otros y Nosotros mismos), enfrentándolos a que solo tienen una superioridad de fuerza, pone en tela de juicio el poder del conocimiento, saber y verdad hegemónico. Introduce entonces el concepto de “principio de libertad”, influenciado por el filósofo Sartre en su concepción de “Hombre” condenado a ser libre y elegirse libre.

Este principio debe ser actuado por nosotros los agentes de salud, porque la libertad es inherente al ser. Buscar las herramientas que tengan en cuenta al ser en su libre ubicación frente al mundo. Trabajar entonces en y desde salud con prácticas que posibiliten y refuercen la autonomía de las personas, como sujetos de derechos, como simples ciudadanos que deciden por sí solos, aunque tengan que enfrentarse a los riesgos inherentes a la vida. Abandonar las prácticas paternalistas o verticalistas y asumir prácticas de libertad u horizontales, donde todos los saberes tienen el mismo poder de verdad.

Este principio de “deber ser”, hace referencia a la responsabilidad que Nos-debemos comprometer en estos tiempos de adversidad política, donde se dan intentos claros de volver a viejas prácticas de control social, específicamente con la reformar y derogación del Decreto reglamentario de la ”Ley Nacional de Salud Mental. Se podría también agregar la política pública de salud, CUS (Cobertura Universal de Salud). Ambas limitan las practicas y los derechos adquiridos de los ciudadanos argentinos.

Preguntarnos entonces cómo el ser humano entra en “juegos de verdad”, que pueden tener formas de ciencia, institución, politicas o prácticas de control, a partir de prácticas coercitivas, como la que genera el manicomio. Para responder es necesario hacer saltar estos cerrojos represivos para que el hombre se reconcilie consigo mismo, comprendiendo esto como la Liberación. Liberarse de los opresores, por lo tanto, liberarse de los muros, de las celdas y de las prácticas psiquiátricas, salir del manicomio, se trata de “Practicas de Liberación”. Pero para Foucault estas no bastan para definirse como “Practicas de Libertad”, sino que será necesario a partir de la salida de la institución manicomial, la apertura de nuevos dispositivos o intervenciones alternativas para que los usuarios y sus comunidades pueda modificar y definir formas válidas y aceptables de su existencia y se logre la inclusión social. Para ser reconocidos de esta manera como sujetos de derechos.

Pero la liberación es condición política e histórica para que se den prácticas de libertad, abriendo de esta forma nuevas relaciones de poder. La libertad es en sí misma política, en la medida en que ser libre significa no ser esclavo de sí mismo, por lo tanto, cuidarse a sí mismo para el cuidado de Otros, Este cuidado de sí apunta siempre al bien de los Otros, es tender a administrar adecuadamente los espacios de poder que están presentes en toda relación, por ende, administrar la no dominación.

En consecuencia, hacernos cargo de los mecanismos que operamos, de exclusión, y transformarlos en prácticas liberadoras, no solo de las cadenas si no de las capacidades de las comunidades con quienes trabajamos. Por lo tanto, trabajar desde dispositivos territoriales, como ser espacios de encuentro, que no deban pagar el precio de la libertad si no que posibiliten otro tipo de producción de subjetividad en las personas de la comunidad. Este cambio de estructura del pensamiento no es en absoluto suficiente para dejar fuera de juego las relaciones de poder u opresión, que ejerce lo hegemónico (psiquiatría). Usar el poder de nuestro propio rol social para transformarlo en la equidad de poderes y verdades. Revelarnos contra los sistemas y estructuras de opresión implica una participación en conjunto en la gestión de los poderes y verdades.

Para analizar este pasaje de un dispositivo de poder y saber a Otro, donde implica otra manera de pensar y de actuar, retomamos los concepto de “Línea de fuga” y “Línea de Fractura”, que conceptualiza Deleuze, analizando a Foucault, donde plantea que esta fuga y fractura es escapar y generar un quiebre de líneas anteriores de producción de subjetividad, subjetivación, para lograr una Individuación, como individuo o como grupo, logrando sustraerse de las fuerzas establecidas como saberes constitutivos, aquí nos referimos a la hegemonía de la psiquiatría, y asumir otros modos de subjetivación. Entonces como grupo de actores claves en salud debemos escapar de las fuerzas de la psiquiatría e intentar producir otro tipo de subjetivación en y con las personas que trabajamos desde la salud integral y comunitaria. “Hay marañas que es menester desmezclar: Producciones de subjetividad se escapan de los poderes y de los saberes de un dispositivo para colocarse en los poderes y saberes de otro, en otras formas por nacer” (Deleuze, 1990): La ola de sunami Comunitaria.

Bibliografía

  • Basaglia F; La condena de ser loco y pobre. La alternativa al manicomio. Italia, 2000.

  • Deleuze G; Conversaciones 1972-1990, Post-scriptum sobre las sociedades de control. Valencia, 1996.

  • Deleuze G; ¿Qué es un dispositivo? 1990.

  • Foucault M; Estética, ética y hermenéutica, La ética del cuidado de si como práctica de la libertad. Obras esenciales, 1994.

  • Florence M; Autorretrato. Paris,1984.

  • Guatarri F. y Rolnik S; Micropolitica, Cartografia del deseo. 2013.

  • Kuhn T; Estructuras de las revoluciones científicas. 1962.

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