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Pensando el Estado: algunas puntuaciones orientadoras

  • Lic. Claudia Pauloni, Psic. Ana López Soto
  • 26 mar 2019
  • 9 Min. de lectura

Circles in a circle (1923), Wassily Kandinsky

Este punteo se propone establecer algunas coordenadas para pensar-el-Estado en la Residencia de Psicología Comunitaria, al modo de elaboración de un mapa que sirva como herramienta común para orientarnos. Tiene el espíritu de continuar y profundizar el trabajo de reflexión acerca del Estado que viene haciéndose en la Residencia, en espacios específicos como RIPE, Propuesta a Políticas Públicas y transversalmente a toda la formación y prácticas[1].

Como está expresado en el Programa 2017-2020: la propuesta de formación de la Residencia de Psicología Comunitaria es considerada innovadora en cuanto a la perspectiva que se imprime en la inserción de profesionales a Salud Pública. En este sentido, parte de su reconocimiento deviene del particular entrecruce efectuado entre el campo sanitario y lo comunitario en el seno de la estructura del Estado con sus tensiones y aperturas. Esta formación, que a su vez aporta al sistema de salud, constituye una política de RRHH ya que es una respuesta frente a la necesidad de formar profesionales con la consideración del “valor público” de la propia práctica (más allá de lo meramente técnico) y de entender el Estado como estructura-en-acción que fundamenta la construcción de futuro de la sociedad en su conjunto.

La necesidad de establecer una suerte de orientación-base sobre este tema, surge a partir de nuestra lectura de los procesos pedagógicos de cada uno de los grupos de residentes por año y del conjunto de la Residencia, en relación a la mirada que los mismos van pudiendo construir sobre el Estado, las preguntas, incomodidades, visibilización de potencias, posicionamientos, problemas, que van surgiendo en la praxis psicocomunitaria y que desde el equipo coordinador intentamos co-pensar, acompañar y canalizar en pos de contribuir al desempeño como psicólogxs comunitarixs en el sistema de Salud Pública.

La relación, o mejor dicho, las imbricaciones entre la Psicología Comunitaria y el Estado son complejas y múltiples y forman parte de los debates actuales en el campo disciplinar. Asimismo, la coyuntura de este momento sociopolítico con el retorno de políticas noventistas y medidas económicas neoliberales de recorte y ajuste, exigen análisis actualizados y situados que, si bien pueden retomar reflexiones aún vigentes y aplicables a la comprensión de la realidad de estos tiempos, no se limiten a reciclarlas sino que posibiliten la producción de pensamiento novedoso, siempre inscripto en una mirada histórica/historizante.


¿De qué hablamos cuando hablamos de Estado?


Planteamos esta pregunta porque creemos que de nuestras formas de entendimiento van a depender nuestras posibilidades de análisis y estrategias.Tenemos el imperativo de pensar el Estado porque trabajamos en el Estado (nuestro sueldo es pagado con el aporte de ciudadanos y nuestra tarea es parte de la política pública), y esto es para nosotros un punto de partida ineludible de cualquier reflexión sobre la praxis. Sin embargo, así no trabajemos “en” instituciones del Estado, creemos que se trata de reflexiones imprescindibles, ya que muchas de las políticas públicas y formas de construcción de ciudadanía tienen que ver con la forma-Estado construida históricamente en un territorio determinado. Esta mirada constituye en sí misma una idea preliminar a cualquier práctica: ejercicio de pensamiento que no se limita únicamente a estar siendo trabajadoras estatales.

Ahora bien, una segunda idea es sobre la heterogeneidad que compone al Estado y la importancia de visibilizar los conflictos en su interior. Contiene luchas, disputas de poderes y plantea inconsistencias. Asumir un lugar en el Estado implica para nosotras, asumir las limitaciones, falencias y desacuerdos que los conforman, ya que en el Estado se dan prácticas contradictorias e inteligir la complejidad de esta estructura es lo que nos permite desplegar posicionamientos disidentes.

En este sentido se desliza una tercera idea: entendemos que como trabajadoras del Estado tenemos una función en la efectivización de las políticas públicas a través de nuestro quehacer cotidiano y que, a su vez, somos parte de la construcción de políticas públicas, por lo tanto tenemos la responsabilidad y posibilidad de desplegar procesos capaces de incidir en esa configuración. Es decir, ponemos en juego estrategias de reproducción y de producción atendiendo a ciertos márgenes de posibilidad.

En relación a esto, una cuarta idea que nos importa puntuar: el Estado contiene formas de control, que han sido históricamente configuradas, justamente esto es lo que nos interpela a cuestionar la mirada totalizadora que ubica al Estado como un aparato inmodificable y nos vuelve la posibilidad de inteligir las tensiones que en la actualidad se nos presentan.

Esta concepción de nuestra praxis implica entender que nuestro trabajo apunta a la totalidad de la ciudadanía ya que somos parte de una política con la que una sociedad define su bien común.


Dialogando con autorxs “contemporáneos”

Para “Pensar el Estado” construimos diálogos con autores que explícitamente han tomado en su trabajo reflexivo este eje de indagación. Son aportes teóricos que tienen para nosotras la apertura necesaria hacia la dimensión de la praxis. No se trata en modo alguno de una construcción acabada sino de algunas pistas para continuar profundizando en una tarea que creemos es compleja y permanente. Los desarrollos de García Delgado, García Linera, Martín-Baró, Gramsci, Engels, Martínez y Segato son presentados a continuación a modo de diálogo, ejercicio de la imaginación que iniciamos con la intención de poner a pensar nuestra práctica cotidiana.

García Delgado nos acerca una concepción relacional del Estado. Establece como base que el Estado es distinto de aparato estatal, de sector público y de la suma de burocracias. Son parte del Estado, pero no son todo el Estado. En cambio, lo define como conjunto de relaciones sociales que establece cierto orden en un territorio determinado, respaldado por una garantía coercitiva centralizada. Resulta pertinente destacar que el autor realiza una historización de la relación Estado/sociedad y va ubicando modelos de dicha relación: esto es imprescindible para visibilizar la dimensión histórica.

En este mismo sentido, García Linera resalta que el carácter relacional del Estado sólo puede comprenderse al interior de la historia concreta de cada Estado. Tendríamos entonces que encontrar en la propia historia los elementos de inteligibilidad de la forma-Estado actual. Como explica Rocha Rada, Linera concibe al Estado como correlación política de fuerzas sociales (campo de batalla), como materialidad institucional (institución), como idea o creencia colectiva generalizada (sentido común epocal).

Podríamos agregar aquí el interrogante, ya planteado por Martín-Baró, respecto de los países latinoamericanos cuya conformación del Estado está caracterizada por la dependencia de centros de poder mundial, lo que daría lugar a pensar en diferentes estructuras estatales.

Esto coincide con los desarrollos de Gramsci, para quien nunca existe un Estado puro. El Estado unido al mercado gracias a la cultura y la ideología, forman un bloque histórico. Gramsci concibe al Estado no como mero "instrumento" de la clase dominante, sino como “el lugar” donde la clase dominante se unifica y constituye, para materializar su dominación no solamente mediante la fuerza, sino por medio de una complejidad de mecanismos que garantizan el consentimiento de las clases subalternas. Esta es la base sobre la que se sustentan conceptos claves como “Hegemonía cultural” y “consenso” entre otros.

Esto último es fundamental para la construcción de un nuevo orden, ya que para Gramsci no puede existir un contrapoder popular si no hay una contrahegemonía cultural. Así, retoma el concepto de hegemonía y establece que se ejerce en el plano político pero también en el cultural e ideológico. Gramsci advierte que la hegemonía burguesa no es sólo política, también se construye y se recrea en la vida cotidiana. Esto abriría líneas para conectar con los procesos de producción de subjetividad en su doble carácter de sujeción o subjetivación. También permitiría continuar indagando en la articulación posible de prácticas heterogéneas que en su composición están planteando lógicas contrahegemónicas.

Manuel Martínez trabaja otro de los conceptos gramscianos clave que es la noción de “Estado ampliado”, es decir no sólo reducido a las instituciones que lo conforman propiamente sino, efectivamente, “ampliado”, extendido, ensanchado o agrandado con diversas expresiones –o también instituciones– de la sociedad civil que, en la idea de “externalidad”, aparecen como si estuvieran “por fuera” del Estado: los partidos políticos, los sindicatos, los movimientos sociales, las cooperativas, las universidades autónomas, incluso las iglesias, etc.

En diálogo con Martínez pudimos reflexionar sobre tres modalidades de posicionamientos y estrategias respecto del Estado: 1- Las grietas de acción en el Estado, 2- El trabajo vivo en acto y 3- Ubicarse a distancia. Martínez resalta el sentido del “en”, es decir, disputando con y dentro del Estado, lo cual implica comprender que el carácter coercitivo del Estado no significa que este sea monolítico. El Estado, precisamente por surgir de las contradicciones de clase y de elevarse sobre éstas para imponerse en toda la sociedad, no funciona con la precisión de un antiguo reloj suizo, más bien se asienta en un tembladeral provocado por la dinámica de esas contradicciones.

Así, Martínez advierte que muchas veces se asume la externalidad del Estado sin reparar lo suficiente en que cualquier Estado, desde los más antiguos, es siempre un producto humano. Y como producto humano, de hecho, se trata de producciones masculinas y coloniales: como explica Segato, los Estados latinoamericanos surgen en el acriollamiento, son fundamentalmente patriarcales y coloniales. Asimismo, como explicita Martínez, Engels se encargó de explicar que el Estado surge como institución reguladora de las contradicciones de clase. Su materialidad es de clase. El Estado pertenece a la clase dominante y se impone sobre todas las demás clases. Lo hace a través de dos mecanismos: “coerción” y “consenso”.


“El Estado para principiantes”


Este artículo surge de la necesidad de poner en común, darle cierta forma a cómo venimos pensando el Estado. Siendo trabajadores del Estado en la Argentina actual vemos interpeladas nuestras prácticas en su posibilidad de transformación. La historia de nuestro pasado reciente se encuentra plagada de cortes producidos por golpes de Estado. Sin embargo, nuestro país tiene una historia sumamente interesante de intelectuales y movimientos colectivos que han asumido la tarea de pensar “lo público” en sentido amplio. Creemos que es imprescindible recuperar esos procesos de pensamiento y reconstruir las tramas que nos posibilitan pensar el lugar del Estado como plausible de construcción de un mundo más justo.

Una de las formas que adoptamos para elaborar y poner a trabajar estos pensamientos consiste en espacios de lecturas de autorxs que teorizan sobre el Estado y también encuentros e intercambios con referentes con quienes ampliamos nuestras miradas.

Somos “principiantes” porque, sin ser teóricas sobre el tema, escribimos para “pensar” y “hacer pensable” nuestro lugar de trabajo, en una trayectoria que no comienza en este texto sino que se delinea a partir de cada psicólogx que ingresa a la Residencia y que al encontrarse con prácticas de control asume una postura de interpelación. Nos planteamos entonces: ¿cómo encontrar una nominación que incluya luchas y disidencias como parte de un hacer-en-el Estado? Quizás debemos comenzar por incluir en el discurso social-histórico la noción de “ciertas hegemonías presentes/construidas en el lugar del Estado”. Plantear de esta manera la cuestión-del-Estado daría visibilidad a prácticas que, en tensión con discursos legitimados, son parte de la dinámica sociohistórica e insisten en su meta/estrategia/potencia por configurar la política pública en un territorio determinado. Ejemplo de esto son todas las legislaciones que al momento de sancionarse cuentan con amplias trayectorias de disputas. Creemos, entonces, que es necesario construir las claves para pensarnos en caminos colectivos en los que cada experiencia construida desde el Estado se cimente en discursos y prácticas, reconocidas y reconocibles bajo un mismo desafío.


[1] Algunos ejemplos de espacios de la Residencia en los que se piensa al Estado:

Espacio Colectivo RIPE (Resonancias desde la Inconformidad Poniéndonos en Estado, 2016/2017): apuntó a configurarse como un espacio de formación implicado en donde pensamos siendo parte del Estado, el lugar de la Psicología Comunitaria.

Propuestas a las Políticas Públicas: acompañamiento docente con el objetivo de contribuir a adecuar las líneas de implementación de políticas públicas a las realidades locales a partir de propuestas realizadas por residentes de tercer año de Psicología Comunitaria que desarrollan procesos de intervención desde equipos de salud de Primer Nivel de Atención bajo la configuración de Área Operativa. Se basa en los análisis integrales e implicados de las políticas públicas realizados durante el recorrido de la formación y consiste en la elaboración de propuestas considerando aspectos de articulación de diferentes niveles.

Espacio de Formación en Género: uno de los objetivos es integrar la perspectiva de género al análisis de las instituciones, prácticas y discursos que enmarcan el desempeño como efectores/as de Salud Pública del Estado.

Curso de Interculturalidad: como tema transversal se apuesta a articular con actores del Programa de Relaciones Interculturales del Ministerio de Salud para promover reflexiones y prácticas que surgen de la tensión-productiva entre Psicología Comunitaria e Interculturalidad a lo largo de todo el proceso de formación.


Bibliografía

De la Rocha Rada, P.D. (2014). Estado y estatalidad en René Zavaleta Mercado y Álvaro García Linera. Revista Boliviana de Investigación. Vol. 11, N°1.

García Delgado, D. (1994) Estado y Sociedad. La nueva relación a partir del cambio estructural. TESIS Grupo Editorial Norma S. A.; Buenos Aires, Argentina.

García Linera, A. (2010). Conferencia magistral: “La construcción del Estado”, Facultad de Derecho UBA, Buenos Aires.

Kohan, N. (2004). Gramsci para principiantes. Era Naciente, Buenos Aires.

Martínez, M. (2017). Apuntes sobre el Estado (sin publicar).

Martín-Baró, I. (1990) Acción e Ideología. Psicología Social desde Centroamérica. UCA Editores. San Salvador, El Salvador.

Segato, R.L. (2016). La guerra contra las mujeres. Traficantes de Sueños, Madrid.

 
 
 

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